Finalizado
agosto, y con el grueso de los “visitantes” regresando a la “gran ciudad”
cargados de energías rurales, ha llegado el momento de ir poniendo el cartel de
cierre a las piscinas municipales que han aliviado los rigores del verano con
chapuzones y numerosas actividades acuáticas por toda la comarca.
Es el caso de
las piscinas de Sanchotello y San Miguel de Valero, que el pasado sábado cerraron
sus instalaciones hasta el año próximo.
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