Como cada año, octubre trajo los telones festivos a
la localidad serrana de El Maíllo, gracias a la Virgen del Rosario que llenó de
diversión y actividades para todos los gustos y colores las calles de este
bonito pueblo de la Sierra de Francia.
Los festejos se iniciaron el viernes 4 de octubre
con diversos juegos infantiles y campeonatos deportivos; el encuentro entre las
peñas de jóvenes en la Plaza Mayor dio el pistoletazo de salida a la “juerga”
con una discoteca móvil en la plaza que abrió el fin de semana festivo.
El sábado amaneció con duros, serios y recios “astados”
que buscaron riñones y rabadillas de los más pequeños, que van acumulando
experiencia para cuando toque reunir valor en el encierro “de los mayores”.
Por
la tarde, los jubilados del pueblo tuvieron su homenaje en la calle Larga, acto
previo al pregón oficial, inicio verdadero de las fiestas patronales de la
Virgen del Rosario, aderezado con fuegos artificiales y verbena nocturna a
cargo de la orquesta Sueños.
El domingo, día de la Patrona, amaneció con una
alborada a cargo de tamborileros locales, que también amenizó la Misa Charra y
la procesión de la Virgen del Rosario, en cuyo honor desfilaron los trajes típicos
de la provincia y se bailaron las danzas tradicionales del folklore salmantino.
Por la tarde el grupo “Danza del Folclore Charro” entregó un recital su “saber
hacer” en la Plaza Mayor. Por la noche la fiesta continuó con un divertido
concurso de disfraces que abrió el fuego de la Orquesta Kronos, con su espectáculo
de luz y de color.
El lunes se
iniciaron los festejos taurinos de estas fiestas, con el cierre del recorrido
para el encierro y el enarenado de la Plaza, en la que el novillero Alejandro
Marcos, oriundo de La Fuente de San Esteban y alumno de la Escuela de
Tauromaquia de Salamanca, lidió dos novillos.
Tras el joven diestro se realizó una capea para los más valientes con tres vaquillas. La orquesta Princesa fue la encargada de llevar el ritmo a la noche serrana.
Tras el joven diestro se realizó una capea para los más valientes con tres vaquillas. La orquesta Princesa fue la encargada de llevar el ritmo a la noche serrana.
El martes 8 de
octubre, además de dar vianda al estómago con unas típicas patatas meneás, se
llevó a cabo el segundo encierro por la calle Larga de la localidad. La novillada
vespertina fue a cargo del prometedor novillero Alberto Escudero, el cual, como ya informábamos, cerró el festejo taurino y su propia exitosa temporada por
todo lo alto, con cuatro orejas y un rabo, sin que mediara compasión alguna por
parte del entendido público maillense, pues la faena del diestro fue para
enmarcar. La Plaza Mayor, para no perder ritmo, acogió al camión-escenario de
la orquesta Slam para dar júbilo a la noche.
El
miércoles 9, último día de fiestas, se realizó el tradicional reparto de la
carne de los novillos en El Corral de Concejo; acto seguido, y para ahondar en
la fraternidad que ha presidido estas fiestas, se llevó a cabo una merienda
popular con masiva asistencia. La orquesta Los Cisnes fue la encargada de
cerrar estas fiestas patronales de El Maíllo, que como cada otoño, llena de
color y diversión este pueblo considerado “puerta de entrada a la Sierra de
Francia”.
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