Las cenizas de Esperanza Labrador
descansan desde el pasado 20 de marzo en la Plaza 25 de Mayo de Buenos Aires
(Argentina), allí donde esta madre y esposa de desaparecidos marchó
incansablemente para reclamar por la vida de sus seres queridos, arrancados por
el terrorismo de Estado que azotó al país sudamericano durante los oscuros años
de su dictadura.
Los restos mortales de esta eterna
luchadora fueron trasladados desde España, donde pasó los últimos años de su
vida, por su hija María Manuela; y esparcidos durante el homenaje que se le
realizó en la habitual marcha de los jueves, que en dicha oportunidad contó con
una nutrida y cálida concurrencia.
¿Y qué tiene que ver con esto nuestra Comarca?
Esta es una de las muchas
historias desconocidas de nuestra Comarca. Pues Esperanza Pérez Labrador,
activista luchadora de ese grupo conocido como las Madres de la Plaza de Mayo y
de ascendencia española, era la mujer de Víctor Labrador, oriundo de San
Esteban de la Sierra. Ambos se enamoraron por cartas que Víctor le escribía desde el
frente de Madrid durante la contienda civil española. Al terminar la Guerra, decidieron emigrar y
como estaba prohibido ir a Cuba, tuvieron que ir a Argentina, desplazándose
desde San Esteban a la
ciudad de Rosario, en Argentina, donde desarrollaron un negocio familiar de
industria de calzado.
El día 10 de octubre, y
en cumplimiento de las órdenes del entonces Miguel Ángel Labrador |
“¡Pues que vivan los Montoneros!”
“Como hija no puedo más que
agradecer y agradecer tantas atenciones que han tenido con mi madre; por eso
traigo un poco de sus cenizas porque
sé que ella quería mucho a La Argentina y porque este es el lugar que le
corresponde”, alcanzó a decir Manoli antes de dejarse alcanzar por la emoción.
“Esperanza está de nuevo entre
nosotros, en su Plaza, y esta vez vino para quedarse”, señaló la Madre Chiche Massa,
quien además destacó “la picardía de su mirada pero también la valentía de sus
palabras”, y recordó cómo se enfrentó Esperanza al por entonces general Leopoldo
Fortunato Galtieri, a quien luego de que este confesara que la muerte de su
esposo fue “un error” pero que la de su hijo Miguel Ángel Labrador no lo era ya
que se trataba de un “montonero”, ella le contestó: “Si los Montoneros son
todos como mi hijo, pues ¡que vivan los Montoneros!”
Tomás Labrador, nieto de la
homenajeada e integrante de Hijos Rosario, optó por “agradecer en particular a
Esperanza y en general a las Madres, por el camino que nos marcaron y las
enseñanzas que nos dejaron, que siempre fueron el buscar justicia y luchar por
la memoria de nuestros compañeros”, y agregó: “Hoy estamos pudiendo encarcelar la
menos a una parte de esos represores gracias a ese legado de las Madres de no
buscar venganza, sino de alcanzar la verdad”.
Esperanza Labrador, falleció el 13 de noviembre de
2011 en Madrid, a los 89 años de edad. Su familia fue diezmada por el
terrorismo de Estado. Su hijo Miguel Ángel desaparecido, su otro hijo Palmiro
(padre de Tomás) asesinado, al igual que su marido Víctor.
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