El castillo de Montemayor del Río, emblema de
la Comarca de Béjar y uno de los mejor conservados de la provincia, ya está en
manos de los monitores y alumnos del programa Dual de Formación puesto en
marcha por la Diputación de Salamanca como fomento a la formación y al empleo
en la provincia.

Los trabajos y las horas
La escuela taller ya ha iniciado los
trabajos de albañilería y carpintería. El objetivo es levantar una segunda
planta para seguir con el plan consistorial de convertir el monumento en un
gran restaurante con capacidad para más comensales (en la actualidad la planta
baja ya está acondicionada como restaurante)
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Fotografías : Pinceladas de historia bejarana |
Tal como está establecido se dedicará
el 50% de la jornada a trabajo y el resto a formación a cargo de docentes. La obra ha empezado ya a buen ritmo
pues el equipo de albañilería ya ha desmontado toda la tarima de madera de la
cubierta y han descubierto los pilares que soportarán la continuación de la
segunda planta.
El equipo de carpintería por su parte
ha trasladado todas las tablas a una nave de Peñacaballera, que hace las veces
de taller, donde las están limpiando, lijando y siendo tratadas con productos
que protejan la madera. Posteriormente, cuando los albañiles concluyan su
labor, el equipo de carpintería iniciará el apuntalado de rastreles y la
recolocación de la tarima.
A pesar de la buena labor de todos los
integrantes de este taller, se han elevado algunas quejas por la falta de
medios que han tenido que encarar. El primero de ellos ha sido el retraso en el
inicio de los trabajos, que estaban previstos para el día 3 de marzo, aunque
hubo problemas con los monitores contratados así como con los alumnos
candidatos, básicamente por el bajo salario prefijado en el que no se tiene en
cuenta el coste del desplazamiento hasta el pueblo. Los monitores actuales
vienen desde Salamanca capital, 90
kilómetros de
ida y otros tantos de vuelta.
Varios de los alumnos residen en Béjar
y entre todos se ha intentado buscar soluciones alternativas al problema del
desplazamiento. Los profesores acuden con sus coches particulares hasta Béjar
donde toman la furgoneta de la Diputación en la que recogen a parte de los
alumnos bejaranos y los llevan hasta Montemayor.
“El salario que recibimos es
irrisorio”, se quejan además los alumnos, “370 euros mensuales para una jornada
de trabajo que empieza a las 7:45 y termina a las 15:15”.
Los equipos de trabajo están compuestos
por 16 alumnos provenientes de diversos pueblos de la comarca (Peñacaballera,
Colmenar de Montemayor, Béjar, Puerto de Béjar…)
Finalmente, a pesar del retraso, los
trabajos se iniciaron el 10 de
marzo, eso sí, “sin herramientas ni
ropa de trabajo”. Al cabo de una semana alumnos y profesores pudieron conseguir
las herramientas (que estaban en otra nave de la Diputación) aunque se
encontraban en malas condiciones o simplemente inservibles. Los monitores
enseñaron a los alumnos a “arreglarlas y afilarlas”, sobre todo los serruchos y
formones pero “como no había suficientes para todos, el mismo monitor tuvo que
traer los suyos propios para que se pudiera empezar a trabajar”. Poco a poco
con el paso de los días se han ido adquiriendo herramientas y ya se dispone de
ropa de trabajo y calzado adecuado. También se han realizado los indispensables
cursos de riesgos laborales y primeros auxilios.
Además, la nave que haría las veces de
taller de carpintería en el pueblo vecino de Peñacaballera estaba “destartalada
y sucia”. “Ni siquiera tenía conexión eléctrica, cristales rotos, paneles de
fibra de vidrio tirados por el suelo”. El primer trabajo no fue acometer la
obra del castillo de Montemayor, sino adecentar y acondicionar el taller para
la misma (nave por cierto que se utiliza para guardar el camión de la basura de
los pueblos de la zona)
Motivación y buen equipo de trabajo
Ninguno de los alumnos trabajadores
tenía experiencia previa en estos oficios y por los tanto los trabajos se han
empezado desde cero, desde el manejo de herramientas hasta los conceptos más básicos
en albañilería y carpintería.
A pesar de los problemas, los alumnos
han querido expresar su agradecimiento a los monitores. “Afortunadamente son
personas motivadas y responsables”, indican, “todos los componentes de los
talleres en general son gente trabajadora y ávidas de aprender”.
Además destacan su lado “realista”. “Se
adaptan a las condiciones que hay para realizar el trabajo de la mejor manera”.
El equipo de trabajo está compuesto por
un monitor para cada actividad, un arquitecto técnico encargado de los talleres
así como otro arquitecto responsable de Patrimonio, que es el encargado de
dictaminar, en coordinación con los jefes de obra, cómo realizar la
restauración/construcción.
La
escuela taller tendrá una duración de 9 meses por lo que se espera que los
trabajos terminen en diciembre de este año. En caso de que los trabajos no se
concluyan en este período de tiempo, los gestores tendrán que solicitar nuevos
fondos, la ampliación del programa de formación o contratar a una empresa
privada.
Qué desastre y qué pena todo lo que le está sucediendo al castillo...
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