martes, 13 de mayo de 2014

Continúan los trabajos de restauración en la iglesia de Valero

Tras las obras en la casa de San Valerio, el equipo de restauración de Alejandra del Barrio ha iniciado los trabajos de restauración del retablo de San Antonio de Padua, obra guardada en la iglesia parroquial de Valero y que desde hace tiempo estaba pidiendo a gritos una buena mano de chapa y pintura. Se trata de un retablo del siglo XVIII colocado en el crucero de la iglesia parroquial de Ntra Sra de la Asunción de este pueblo salmantino, cuya restauración ha sido promovida por el Ayuntamiento de Valero, que pagará la restauración, y las analíticas necesarias para la intervención que son abonadas por la parroquia de parte de D. Jesús Monforte.
Después de que finalice el proceso de restauración los responsables realizarán jornada de puertas abiertas para quien quiera asistir.

Un puzzle religioso en peligro de extinción

El retablo ha sufrido muchas alteraciones debido a la exposición a humedad constante lo que ha provocado que se haya deteriorado en varias ocasiones y haya sufrido diferentes intervenciones a nivel estructural. La policromía, oculta bajo un repinte de purpurina sobre dorados y una pintura azul sobre el resto, ha obligado a realizar las analíticas químicas y estratigráficas para determinar la mejor opción de eliminación del mismo. La primera intervención ha consistido en desmontar la obra entera para poder separar el retablo de la pared creando una aireación mayor que evite continuar con el deterioro.

Al desmontarlo se ha observado que hay piezas procedentes de diferentes retablos u obras muebles, hay paneles de roble policromado al temple sin capa de preparación ( en el cierre lateral y la pieza de remate sobre la que van colocadas las molduras) y otras madera de cerramiento de la hornacina de diferentes épocas ( tarima de pino de mitad de siglo, madera de pino de tablones con anterioridad). Así mismo el entablamento se ha visto sustituido por una pieza de estilo neoclásico en el siglo XX debido a que los ensambles son a media madera con clavos de acero de cabeza redonda ( diferentes a los originales del retablo que son de hierro dulce con cabeza bilobulada). Las molduras decorativas así mismo también presentan una amalgama reutilizada, hay piezas doradas con bol amarillo, otras con bol rojo, y con diferentes calidades de oro, siendo procedentes de obras diferentes ( algo que también se vio en la restauración del retablo de San Valerio de la misma iglesia)

El proceso actual de intervención está siendo sentado de color para conservar la policromía original ante ampollas y craqueladuras que provocan pérdidas, limpieza de policromías eliminando primero la purpurina y el repinte y posteriormente el barniz envejecido.
A nivel estructural se está realizando la consolidación, cosido y reencolado de la estructura y molduras decorativas. Se van a sustituir los paneles de la hornacina de sujeción de San Antonio - porque ha perdido completamente la resistencia mecánica- y los paneles de cierre de la misma - al ser paneles no originales y estar muy deteriorado- incluyendo en el nuevo panel un fragmento de fondo de hornacina que se encontró al desmontar el retablo de San Valerio y que corresponde por estilo y época a la misma etapa del retablo.
Se va a reestructurar un panel de cierre lateral con otro panel también encontrado en el retablo de San Valerio ( seccionado en tres partes y siendo de la misma anchura y características similares del otro panel de cerramiento) utilizado como base de hornacina en una mesa donde iba colocado San Valerio. Y se van a realizar todas las molduras decorativas y formas vegetales con volúmenes perdidos con resina epoxídica compatible con madera.
En las esculturas a las que se va a intervenir hay que destacar que San Antonio de Padua posee un niño Jesús que a su vez está reutilizado de una escena anterior - quizás un santo entierro- ya que es un paje con un pañuelo.
San Sebastian es quizás la figura que más ha sufrido por la humedad y poseía un ataque de xilófagos activo en una pieza añadida en roble. Tiene un repinte y le faltan todos los atributos - flechas clavadas en el cuerpo-. Está por determinar según las analíticas si se opta por dejar la policromía actual ( un óleo de calidad) o la policromía original ( un temple)
Y por último Santa Bárbara es una talla del siglo XVIII muy deteriorada también, con gran pérdida de policromía y de volumen perdido que desmerecen la talla tan bonita y de calidad que es.

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