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| Fotografías : José Bernando Hernández Noticia parcial : Nava de Béjar web |
Los
agricultores y ganaderos de la Nava de Béjar pueden estar tranquilos pues este
año, si no falla la liturgia realizada, volverán a crecer los campos sembrados
y los ganados tendrán pastos que llevarse al hocico. El pasado sábado los
vecinos naveros volvieron a cumplir la tradición y marcharon al paraje de Las
Cruces a realizar la bendición de campos. Tras la misa en la iglesia parroquial
la Cruz Bendita, engalanada con cintas de colores, fue aupada en andas y
llevada en procesión hasta la Cruz que preside el cerro sobre la Nava. Allí el
párroco realizó la bendición rogando por una buena cosecha y mejores pastos. El
acto finalizó con la invitación de la Cofradía de Santo Domingo a degustar un
buen bollo maimón regado con vino moscatel, sin faltar por supuesto los acordes
charros del tamborilero Churruchuela.
Posteriormente,
ya en la plaza de Los Álamos el Ayuntamiento de la localidad convidó a
bocadillos de ibérico y sangría.
La Cruz de la Nava
A la hora de establecer los
orígenes de esta celebración popular de la Cruz (símbolo del cristianismo que
sustituyó al áncora o ancla, al pez, al Crismón u otros), hay que referirse
necesariamente a una serie de fiestas paganas que se celebraban desde muy antiguo
en el mes de mayo, considerado desde siempre como el mes del esplendor de la
vegetación y la naturaleza, de la primavera.
En La Nava hasta hace no mucho se
colocaba el “mayo”, un alto olmo desmochado y engalanado. También se
festejaba en Los Castaños con productos de la tierra, vino y exóticos
cacahuetes…, sin faltar el baile al son del tamboril y la dulzaina hasta desfallecer.
Hoy en día se ha convertido en una fiesta “secundaria” pero muy querido y
seguida por los vecinos, ya que se trata de una festividad “familiar”
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