© Casquero. El
Pleno del Ayuntamiento de Santibáñez de Béjar rechazó todas y cada una de las
mociones presentadas por el único edil de la oposición adscrito al grupo mixto,
Isidoro Sánchez, con la ausencia de los ediles del PSOE, Laura García y Antonio
Alonso.
Los
populares encabezados por el tesorero y ex alcalde, Ricardo Benito, que durante
todo el pleno organizó la sesión plenaria, demostrando una vez más la falta de
autoridad del primer edil, Roberto Muñoz, quienes rechazaron reconocer la
figura de Suárez, a pesar de que siendo presidente del gobierno visitó en
varias ocasione a D. Santos Moro Briz, obispo dimisionario de Ávila. Así mismo
rechazaron de plano reconocer la figura de D. Santos y sus hermanos, José
Máximo y Sor Modesta, párroco de Cebreros y Herman de la Cridad, canonizados en
Tarragona en el mes de octubre pasado. El homenaje se lo tributará en su lugar
la parroquia y aquellos vecinos que se quieran unir al homenaje, ausentándose
del mismo el equipo de gobierno, ante la falta de sensibilidad de los que
actualmente rigen los destinos del municipio.
También
rechazaron la moción de negociar el
alquiler a la cámara Agraria local construida sobre un local en su día cedido
por el ayuntamiento, ante el deterioro que está sufriendo el edificio en su
parte superior.
A
pesar de haber sido aprobada una moción en el año 2012 para la celebración del
primer Centenario del Colegio Jorge Moro, en este sentido el grupo de gobierno
no ha dado un solo paso en estas fechas, ni en los presupuestos de 2014 aparece
ni un euro reseñado para tal fin. Y ante la pregunta del edil, Isidoro Sánchez, el alcalde se negó a decir qué
va a hacerse, ya que de ello se va a encargar personalmente. La moción para homenajear
a uno de los maestros, Don Primitivo Gutiérrez González, con motivo del
centenario, y alcalde de la localidad,
desde marzo de 1924 hasta su dimisión por enfermedad en octubre de 1926 también fue rechazada
unánimente por los populares, encabezados
por el edil, Benito Martín.
Don
Primitivo, nacido en Guijo de Ávila fue promotor de la llegada del teléfono y
el telégrafo a Santibáñez en los años 20 del siglo XX, tan vital para el
negocio de mulas. La I Guerra mundial enriqueció a muchos de ellos, que levantaron
las mejores casas de granito de la localidad, por canteros de Sorihuela.
Además luchó por llegada del ferrocarril a Santibáñez apoyando la línea Ávila
Béjar. Para ello el pueblo aportaba 500.000 ptas. del año 25 y toda la piedra de granito necesaria para la
construcción de la estación, con la condición de que no estuviera a más de de
500 metros del casco urbano. Guijuelo fue la localidad que la tuvo más cerca de
su plaza mayor como apuntaba hace años en una conferencia impartida en la localidad
el que fuera director del Adelanto, Enrique de Sena Marcos.
También
fue rechazada la construcción de una pasarela peatonal sobre el río Tormes que
acerque y una más a Cespedosa de Tormes con Santibáñez de Béjar, al tener cada
día más intereses comunes.
El
alcalde informó que la terminación de la escala de peces en la presa de San
Fernando, desde donde se toma el agua potable para la localidad impedirá que
durante 4 días el pueblo pueda contar con este preciado e imprescindible
líquido elemento.
Ante
la falta de información y falta de iniciativas el edil del grupo mixto realizó
una serie de preguntas y ruegos, cuya respuesta fue de insultos hacia el mismo
con el beneplácito de quien debería aplicar El ROF. Tampoco faltó los insultos
de un vecino, asiduo asistente a los plenos, ex edil de anteriores
corporaciones a quien el alcalde le permite y se suma a los insultos en otras
sesiones y le pide aplausos para sus intervenciones y a quienes en vez de
juzgar los hechos la justicia local y la del juzgado de Béjar les exonera sin
celebración de juicios con triquiñuelas
legales- según asegura el edil, Isidoro Sánchez, a pesar de presentar éste demanda contra ellos, con lo cual
entiende que tiene patente de corso.
Y
mientras tanto se llega el fin de la legislatura sin que el grupo popular desde
el primer día asumiera que la democracia permite que cualquier persona elegida
democráticamente en las urnas se siente en el salón de plenos si aporta su
credencial como concejal.
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