La solidaridad y el amor por el
pueblo propio va más allá de las palabras. Así lo han demostrado Delia, Azucena
y Felipe, vecinos de Las Casas del Conde que en los últimos días, de manera
desinteresada y altruista, se han puesto manos a la obra para aportar su
granito de arena al futuro del pueblo.
Así estos tres casacondeños han
trabajado durante varias jornadas para dar luz al parque infantil de la
localidad. Bajo un sol de justicia, con el cansancio en las manos pero la
ilusión en los ojos por trabajar para el bien común, los tres improvisados
obreros lijaron todos los objetos metálicos y de madera, incluyendo los bancos,
para proceder posteriormente a pintar todo de variados colores.
Vallas, bancos y columpios han
renacido bajo la brocha, mostrando la alegría no solo de la explosión colorida
sino del trabajo bien hecho. Y es que bien dicen que no hay mejor labor que la
que uno hace por lo propio. Un ejemplo a seguir el de estos serranos orgullosos
de su pueblo más allá de las palabras.
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