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Fotografías : Ayuntamiento de La Bastida |
Del 17 al 21 de agosto los vecinos
de La Bastida, en la Sierra de Quilamas, celebraron sus días grandes en honor a
San Francisco de Asís, patrón de la localidad y motivo festivo para disfrutar
de unos días en el pueblo. Como en casi todos los municipios de la Comarca
(asunto seguramente que debieran estudiar los sociólogos) este año ha sido muy
tardío en cuanto a presencia de gente foránea en el pueblo. Eso sí, cita
inexcusable, en los días previos a las fiestas poco a poco los hijos pródigos
de La Bastida fueron arribando con el viento del norte.
Los festejos se iniciaron el domingo
17 con el tradicional repique de campanas, acompañado de la traca festiva y el
pregón de apertura. En este comienzo no podía faltar el primer plato fuerte de
la fiesta, la paellada popular en la que varios cientos de personas hincaron el
diente a un jugoso caldero. El resto del día grandes y pequeños disfrutaron de
un variado programa de juegos, entre ellos un campeonato de tiro al plato.
El lunes 18 la capea centró la
atención de los vecinos, con el viaje hasta La Fuente de San Esteban en el que
se “lidiaron” algunos becerros. En todo caso, y para los que no quisieron marchar
al coso taurino, pudieron contemplar una tarea que no por novedosa comienza a
convertirse en tradición, como es el desplazamiento de la caseta por el pueblo,
realizado entre todos, los jóvenes. El Kaudalímetro acogió la cena nocturna a
base de carne guisada.
El martes 19 de agosto fue el día
del Santo Patrón, amanecido con un pasacalles a cargo de la Charanga "Los
del Barrio". Posteriormente, como siempre, la solemne Eucaristía reunió a
todos en la Iglesia y sus alrededores, por los que San Francisco fue porteado
dando la bendición a un nuevo año litúrgico. La tradición secular dio paso a la
mundana, con un convite para todos, vino, refrescos y jamón ibérico en la nave.
Allí se produjo un acto emotivo, como fue el reconocimiento a través de una placa
a Agapito, por su años de labor en el Ayuntamiento, presentándose el escudo y
el pasodoble oficial de La Bastida, creados este mismo año.
La marcha ciclista
copó la tarde de este martes grande e histórico con un buen número de
participantes que disfrutaron de una jornada en la Naturaleza y entre amigos. Este
año por motivos de obras en la carretera fue una sencilla vuelta por Cereceda y
vuelta por Cilleros. Por la noche, la actuación a cargo del grupo "Malibú
Show" atrajo nuevamente a numerosos visitantes. Después la fiesta se
prolongó hasta altas horas de la madrugada en el Disco-Pub "La Nave",
fiesta a la que también se sumaron nuevamente los componentes de Malibú. La
novedad fue la incorporación de bocatas, que a esas horas son “gloria bendita”.
Durante el descanso de la actuación se presentó el pasodoble "Caspirro
Soy" a los visitantes del pueblo.
El miércoles 20 nueva misa en la
iglesia parroquial para, tras las partidas de Tute, celebrar el campeonato de
Calva amateur. Al mismo tiempo, los más pequeños disfrutaban con el parquitrén
infantil, que acabó como todos los años con la fiesta de la espuma. El
restaurante Porvenir fue el encargado de la cena popular en el Kaudalimetro.
El último día de las fiestas tocó
desplazarse hasta el merendero para comer donde antes se había cortado el
roble. Tras la comida, se celebró el partido entre La Bastida y Cilleros en el
campo de fútbol de La Nava. Por la noche, concurso de disfraces y una nueva
verbena a cargo del grupo "Génesis". Cuatro días de intensa alegría y
celebración, con todos los sentidos puestos en honrar al propio pueblo y no
olvidar las raíces… por muy lejos que se hayan desperdigados las semillas.
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