© Isidoro Sánchez Casquero Después de que las
nubes descargaran una fina lluvia Medinilla, pueblo del Alto Tormes abulense,
celebró su día grande en la intimidad, pero con intensidad y esencia. Muchos
hijos del pueblo tuvieron que regresar a su lugar de trabajo después de un
intenso y alegre fin de semana, pero la belleza de esta fiesta en su santuario
es una sensación inexplicable entre la belleza de los castaños que en nada
desmerece a ”su hija”.
A las 12 de la mañana salía en procesión desde
la iglesia hasta su ermita a poco más de un kilómetro de la villa acompañada
por el párroco, Julio Díaz y el sacerdote hijo del pueblo y párroco de Trujillo
(Cáceres), José Conde, acompañados de los cofrades con sus respectivas varas y
el resto de vecinos de Medinilla y de la Comarca.
Tras una emotiva celebración religiosa donde el
párroco, cuyo padre, Ángel Díaz, familia de Los
Carreteros, estuvo presente. Este era su primer año que como párroco
oficial de Medinilla que pudo celebrar
la fiesta de Fuente Santa tras haber pasado por las parroquias de Madrigal de
las Altas Torres, Villafranca de la Sierra, La Aldehuela y actualmente regenta
las parroquias que unen Navamorisca con Neila de San Miguel a su paso por Medinilla, el pueblo de su padre
donde desde pequeño le inculcaron la
devoción por la imagen de La Fuente Santa y que nunca pudo celebrar con su
familia a la sombra de los castaños cada 8 de septiembre.
El acto dentro de la ermita se cerró con el
canto del ramo, en otro tiempo protagonizado por los jóvenes y que por la
despoblación de la localidad se ha perdido y que lo mismo que los quintos lo
hacen en San Julián, a primeros de febrero, no estaría de más que los jóvenes
lo recuperaran para seguir la tradición como los amantes del santuario están
haciendo por devolverle el esplendor que en su día tuvo.
Una procesión con la imagen bajo un cielo espectacular de
los primeros días de septiembre, el ramo, portado por un vecino, la música y la
cesta petitoria por la corredera de la plaza de toros más antigua de la comarca
Bejarana, ya que aunque su existencia puede ser del siglo XIV, que una
excavación arqueológica puede datar correctamente, los primeros datos de la
celebración de toros constan de 1685, cuando piden permiso al Duque de Béjar
para celebrar corridas con motivo de las fiestas de la Fuente Santa de la que
el escritor galo, Alejandro Dumas, incluye en una de sus novelas cortas.
Precisamente la Cofradía está a la espera de poder contar con fondos
suficientes para realizar la excavación arqueológica y la restauración de la
misma con sus talanqueras de granito.
Tras el recorrido se procedió a la subasta de
los banzos o piernas de la Virgen por parte de Luis Conde, farmacéutico de
Fresno Alhándiga e hijo del pueblo, quien tuvo palabras de agradecimiento por la
presencia de los vecinos y otros de la comarca que se acercaron hasta el
santuario. 1.250 euros se consiguieron de los 4 banzos de otras tantas familias
y en la cesta otros 1.245 euros. Mañana volverán a subastarse en el momento de
la bajada de nuevo a la iglesia de la imagen que descansará durante todo el año
junto a San Julián, cazador y hospitalero en un punto importantísimo del camino
de Santiago que une Gredos con la ruta de la Plata a través de Santibáñez de
Béjar y que la A.C “De Santiago a San Juan” con sede en Santibáñez de Béjar y
que interactúa en ambas provincias, Ávila y Salamanca.
El Santuario cuenta en su altar mayor la concha
de Santiago acogiendo a los peregrinos que descansaban en la Casa del Santero que
ha sido restaurada por la Cofradía de la Virgen de la Fuente Santa.
El Santuario que cuenta con dos cuadros exvotos
ha incorporado otro del año 2005 sobre el incendio que asoló parte del término
municipal y que se acercó hasta las casas del pueblo.
La fiesta
continúa mañana, 9 de septiembre con las celebraciones religiosas presididas
por el párroco de Trujillo e hijo de
Medinilla, José Conde.
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