Fotografías : Cárcel Real de Miranda, Montse Hernández Cruz y José González Martí |
La luz, el silencio, la devoción… todo ello se dio cita en la noche de ayer
domingo 7 de septiembre en el mejor de los escenarios, las calles medievales,
históricas y artísticas de Miranda del Castañar, cuyos vecinos volvieron un año
a más a rendir honores a la patrona del municipio.
La Virgen de la Cuesta, como una estrella caída del cielo, abandonó su
ermita para presidir como toca las fiestas del municipio; y lo hizo, siguiendo
la añeja tradición, iluminada por los cientos de candiles en una procesión que
sobrecoge, que deja un vaho de mágica irrealidad. Un día esperado, preparado,
conciso, austero… un día serrano de recia tradición… una noche de manteos, de
tamboriles, de rezos y cantos de vísperas.
Autoridades, párroco y priostes de la Patrona dieron la bienvenida a estas
fiestas serranas, ascendiendo a la Virgen en andas por la cuesta, la que le dio
nombre, hasta la iglesia, dejando atrás el escenario, como decíamos, más bello
de la Sierra, el de la Miranda oculta por el velo del turismo y que en esta noche
de los Candiles se muestra sin ornatos. Solo luz y piedra.
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