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Fotografías : Yolanda Moro Tello |
Del
23 al 26 de agosto los vecinos e hijos pródigos de Molinillo volvieron a
reencontrarse gracias a las fiestas patronales que un año más ha unido
tradición, devoción y diversión a raudales en este municipio salmantino. El sábado
23, tras la colocación de la cucaña, la charanga La Clave “dio la nota” al
inicio de los festejos con un pasacalles vespertino, música previa al pregón
que abrió definitivamente el fuego festivo. Y el apetito, pues a continuación,
se celebró un concurso de tortillas y postres, preludio de la merienda popular
y la verbena nocturna que estuvo a cargo de la orquesta Dolce Vita.
El
domingo amaneció con alborada y tamborilero, tradición añeja, como lo
es la
misa y procesión en honor al santo patrón del municipio, San Bartolomé, motivo
y excusa para disfrutar de estos días grandes. Uno de los momentos más emotivos
fue la “inauguración” de la placa conmemorativa en el frontal de la iglesia
parroquial, donación del artesano Juan Gabriel Moro Tello. A mediodía los mayordomos de este año
ofrecieron un convite a los presentes mientras que por la tarde el grupo de
folklore charro “El Encinar” realizó una exhibición de bailes típicos. La orquesta
Festival fue la encargada de amenizar la verbena dominical.
El
lunes, nuevamente La Clave abrió las fiestas del día con un pasacalles que
desembocó en la populosa y suculenta paellada para todos. Por la tarde las
atracciones hinchables y la fiesta de la espuma pusieron a los niños y niñas
como protagonistas de los festejos. El grupo musical Guateque se encargó de
poner música a la noche.
Las fiestas de Molinillo
finalizaron el martes 26 de agosto con la tradicional chocolatada de fin de
fiestas.
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