ENTRESIERRASrd | El proyecto, promovido desde
Cuaderno de Entresierras, cumple su primer año de encuentros mirando al futuro
El pasado
sábado 14 de marzo Montemayor del Río se convirtió en el paradisíaco escenario
que albergó el octavo encuentro comarcal 'En tu pueblo y en el mío', una
iniciativa promovida por Cuaderno de Entresierras en colaboración con vecinos
de la comarca que tiene por objetivo dar a conocer los pueblos de la región en
un ambiente de amistad y buena compañía.
Fotografías : Carlos FZ, Mariana Lorca y Paquita García Coria |
Tiempo
agradable, con el frío de primera hora sofocado por chupitos de aguardiente y
una ronda de dulces típicos de la localidad, cerca de 80 personas se dieron
cita en la Plaza del Castillo para iniciar la visita a Montemayor de la mano de
María Ángeles Martínez, excepcional anfitriona del encuentro y que guió a los
visitantes por los rincones más típicos de la localidad.
Visita que se
inició en la iglesia parroquial, un monumental templo gótico que dejó
boquiabiertos a los participantes, y en la que se contó con la inestimable
labor explicativa de Rosario Gómez, que hizo un repaso por el pasado, presente
y futuro del edificio, patrimonio, tradiciones, y especialmente sobre el
pintoresco retablo, primera imagen majestuosa con la que el visitante se
encuentra y que 'esconde' secretos de incalculable valor; no en vano las
imágenes del retablo original se encuentran bajo las actuales, donadas por un feligrés
hasta que la coyuntura económica permita la restauración de las originales.
A continuación,
tras las primeras fotos del grupo ante el maravilloso pórtico, se inició la
visita a Montemayor, municipio que ha sido (a la vista está) una de las villas
más importantes del sur salmantino, lugar de frontera y señorío que ha
entregado su apellido a buena parte de los pueblos de la región, que dependían
desde antiguo del 'señor de Montemayor'. Casas señoriales, típicos soportales,
calles estrechas, recovecos… lienzos de la muralla, el barrio judío,
arquitectura medieval y tradicional que hacen de este pueblo una joya histórica
y turística no del todo conocida para el gran público.
Visitar
Montemayor obliga además a no olvidarse de uno de los oficios que la localidad
guarda con más ahínco: el de los cesteros o banasteros. Un tesoro etnológico (y
económico) que aún perdura en esta localidad salmantina gracias a la labor de
personas como los hermanos Ángel y Adrián, que abrieron las puertas de su
cestería a los visitantes que pudieron contemplarles, y entrevistarles mientras
realizaban su labor de artesanía. Una verdadera clase maestra, un magisterio en
primera persona, con olor a humedad y castaño, de la que pudieron disfrutar y
aprender los participantes del encuentro.
Sin olvidar la inmensa bodega del señor Pablo, que abrió su 'tesoro' para dejar
boquiabiertos a los visitantes, que además fueron agasajados con vino y licores
por el anfitrión.
Callejeando por
los rincones de Montemayor la comitiva fue poco a poco descendiendo hasta la
entrada del pueblo, donde aguardaba San Antonio de Padua en su coqueta ermita y
su 'pez alcahueta', tradición y folklore asociada al santo de Padua y que en
Montemayor creen por experiencia casadera. Tradición que dice que 'quien toca
el pececito de San Antonio encuentra pareja', oportunidad por supuesto que fue
aprovechada por alguno de los presentes para pedir a los cielos por la
intercesión (en amores) sobre la tierra.
Tras un pequeño
receso, los participantes continuaron con la visita programada, en este caso,
acercándose a la majestuosa naturaleza que rodea el municipio, y que tiene como
principal vértebra el río Cuerpo de Hombre, que barre los pies de Montemayor,
calzándose un paisaje de cuento. Paseo que finalizó en el Ayuntamiento, en cuyo
salón de actos tuvo lugar la comida popular y de hermandad.
Al postre,
Jacinto Gómez, alcalde de la localidad, quiso tener unas palabras de bienvenida
para todos los asistentes, prometiendo "una visita al Castillo cuando esté
complemente acabada su restauración" además de animar a los presentes a
participar en el viaje organizado por el consistorio al municipio onubense de
Moguer, donde se realizará un 'hermanamiento en la Virgen de Montemayor'.
A continuación,
momento especial para todos los participantes, pero especialmente para los
'pioneros', aquellos que hace exactamente un año iniciaron este proyecto en
Colmenar de Montemayor. Casilda Merino, una de las fundadoras del grupo organizador
de 'En tu pueblo y en el mío', invitó a todos a una 'tarta de cumpleaños'
(sabroso bizcocho) en la que se iluminó una vela por este primer aniversario
con el deseo 'soplado' de que en el futuro puedan soplarse muchas más.
Posteriormente,
como en cada encuentro, tuvo lugar la reunión organizativa y
participativa entre todos los participantes, de cara a próximos encuentros. Además de exponer algunos proyectos de personas integrantes del proyecto, se cerraron algunas fechas para futuros encuentros comarcales. Así, el próximo 11 de abril, 'En tu pueblo y en el mío' aterrizará en Puerto de Béjar mientras que el 17 de mayo el encuentro se celebrará en Valdelamatanza.
participativa entre todos los participantes, de cara a próximos encuentros. Además de exponer algunos proyectos de personas integrantes del proyecto, se cerraron algunas fechas para futuros encuentros comarcales. Así, el próximo 11 de abril, 'En tu pueblo y en el mío' aterrizará en Puerto de Béjar mientras que el 17 de mayo el encuentro se celebrará en Valdelamatanza.
Finalmente, y
para cerrar el programa, tuvo lugar la presentación de la novela 'La Montaña
Dorada', de Raúl Rentero Mateos, promotor inicial de 'En tu pueblo y en el
mío', que quiso presentar en exclusiva para los participantes del encuentro el
proyecto literario en el que se ha embarcado y que tiene mucho que ver con la
comarca. 'La Montaña Dorada' narra la historia y leyenda del descubrimiento de
la Virgen de la Peña de Francia; su autor entregó algunas pistas sobre la
lectura de la misma firmando ejemplares a los asistentes.
Un encuentro,
el octavo, de un proyecto que se consolida un año después como una apuesta
verdadera y sin intermediarios por el territorio. Una puesta en valor de los
tesoros de la propia tierra, históricos, turísticos, arquitectónicos,
etnológicos, folklóricos… a veces totalmente desconocidos, y sustentada en un
valor, si cabe, tan o más importante que todo ello: la amistad.
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