"Séale la tierra leve"

ENTRESIERRASrd | Lanzamos una rápida mirada a la estela funeraria romana de San Martín del Castañar

Eres un buen hombre, Lucio Reburro. Estos días he intentado mostrarte el conocimiento de mis antepasados tal cual me los transmitieron a mí para lograr que tu madre descanse en paz según sus propios preceptos. Pero tu mirada inquieta no me ha pasado desapercibida. La duda de tu propia fe corrompe tus entrañas. Pero has de entender una cosa, amigo mío: que todos los rituales que hemos realizado con exactitud no son ofrendas cerradas. La verdad está en todas partes. Actúa en consecuencia.

Reburro apretó las manos del extranjero y sonrió.

Al día siguiente subió desde Castis con una estela funeraria que había mandado labrar al cantero de la ciudadela. Con la ayuda de sus sirvientes, Reburro hundió el epitafio sobre la tumba de su madre, junto al tamarindo. En ella podía leerse:

Aquí yace Bolosea, hija de Brevio.

Vivió setenta años.

A su madre, el centurión Reburro,

hijo de Tapor.

Séale la tierra leve.

Y sobre ella, coronando la inscripción, una media luna clara, símbolo de Mentoviaco, "el que vela por los que caminan en la oscuridad".

CAPÍTULO INÉDITO DE 'LA MONTAÑA DORADA'.

NOVELA DE RAÚL RENTERO MATEOS

Tal como explica José Ignacio Díez Elcuaz en su obra 'La villa de San Martín del Castañar', los vestigios de mayor antigüedad que hay en el municipio son dos estelas romanas. La primera es un epitafio dedicado por el centurión Reburro a su madre Bolosea. El Padre Morán hizo esta transcripción BOLOSEA / BREVI.F.VXI/AN.LXX.H.S.E/S.T.T.L./REBURRUS/TAPORLF.CE/NTURIO/MATRIZ

Sus dimensiones son 150x45 y 32x30. Según Gómez Moreno, "resulta semicilíndrica, arqueada por arriba y ostentando a la cabeza de la inscripción una luna creciente". La presencia del sol o la luna en estas estelas revela la influencia de creencias paganas indígenas muy arraigadas en la Sierra de Francia aún en tiempos del Imperio Romano.

La estela de Bolosea se encuentra en la actualidad junto al atrio de la iglesia de San Martín del Castañar.

Fotografía : Vanesa Ignacio

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