ENTRESIERRASrd | Una
mirada histórica al regreso de la Orden Carmelita al Convento de las Batuecas a
principios del siglo XX
Durante el año 1916 se suceden las visitas a los
terrenos que comprende la finca de Batuecas. Desde el P. Provincial, pasando
por varios frailes que dedican unos días al retiro o vienen a ayudar en las
obras hasta los sacerdotes de la zona y algún seminarista así como algunos
profesores. Batuecas, poco a poco, comienza a ser conocido de nuevo como lugar
eminentemente carmelitano.
Tendremos que esperar hasta 1917 para poder
hablar de vida conventual en sentido estricto en nuestro querido Batuecas.
Concretamente el día 29 de enero “se puso el Santísimo Sacramento en el pequeño
oratorio y empezamos la vida religiosa pues por estar en malas condiciones la
nueva casita no se pudo llevar la observancia religiosa hasta la fecha”. La
solemnidad de Nuestra Señora del Carmen se celebró como bien se merecía después
de tanto año sin poder hacerlo. Presidió la eucaristía el párroco del Soto y le
acompañaron otros tres sacerdotes de los contornos. Los cantos que elevaron a
la Reina y Hermosura del Carmelo llenaron el profundo, escondido, legendario y
ahora, de nuevo, carmelitano valle de Batuecas.
El 25 de septiembre, mientras los ciervos
comenzaban la berrea por estos montes, se terminó de instalar la línea
telefónica traída desde La Alberca. Pasados uno días, llegó a este santo lugar
el P. Julio. Venía por causas que ahora aclaramos: “El día 8 tomó posesión el
Reverendo Padre Julio del Niño Jesús como presidente del convento de San José
del Monte”. Llegó la fiesta de Nuestra Santa Madre Teresa de Jesús y de nuevo,
además de las gentes del lugar, acudieron los párrocos de pueblos cercanos para
solemnizar la celebración eucarística.
Hemos de añadir que estos visitantes iniciaron
una suscripción popular para poder montar una sierra mecánica que favoreciera
los trabajos del Hermano Carlos. A la semana siguiente, “el Hermano Joaquín,
que había desempeñado en este Santo Desierto la dirección del cultivo, mejora
de la finca y cuidado del ganado por espacio de dos años con mucho éxito e
inteligencia”, con pena, pero obligado por su estado de salud deja este lugar
para recuperarse de sus malestares.
Al día
siguiente llega el Hermano Valentín para sustituirle. Un día después comienzan
a descubrir el estanque que hay a la entrada del convento para llenarlo de agua
y echar truchas con las que poder abastecerse de alimento los moradores de
Batuecas. Pasado San Martín se inician los trabajos para “habilitar dos
habitaciones de las del antiguo convento para gallinero”. A los pocos días, el
Hermano Wenceslao sufre un derrame de sangre en el pecho; acompañado del Hermano
Valentín, que iba destinado a Valladolid, se encamina hacia Madrid. Con estos
datos nos vale por hoy porque mañana, 28 de marzo, tenemos que acudir de nuevo
a la historia para recordar el nacimiento de nuestra Santa Madre Teresa de
Jesús, que el próximo año 2015, en este mismo día, se dará inicio a los actos
conmemorativos del V Centenario del nacimiento de la Doctora Mística: Santa
Teresa de Jesús.
Diario de Batuecas -Santo Desierto de San José
de Batuecas
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