martes, 10 de enero de 2017

Vecinos de la comarca denuncian el hallazgo de varias cajas de petardos en el paraje natural del Pico Monreal

ENTRESIERRASrd | Se han encontrado evidencias de haber sido utilizadas recientemente por motivos aún desconocidos
Vecinos de Entresierras han mostrado su preocupación tras detectar cajas de petardos y carcasas en algunos puntos del paraje natural del Pico Monreal en Casafranca. Se trata de un hallazgo fortuito realizado por senderistas que, según relatan, se toparon hace unos días con "un hallazgo fuera de lugar".

La primera hipótesis podría apuntar a su utilización como detonantes por parte de cazadores con el objetivo de "alzar" la caza. Se trataría de un método que, en todo caso, es ilegal ya que la actividad cinegética prohíbe taxativamente la utilización de este tipo de artefactos en el monte con el fin de asustar a los animales de la zona y obligarlos a moverse.
"Las cajas son recientes", han explicado los autores del hallazgo a este medio. "Y estaban en zonas aledañas al repetidor y cerca de las canteras de mármol. Cerca de algunas de ellas había carcasas de petardos utilizados".
La segunda hipótesis podría apuntar, presuntamente, a un intento por provocar un incendio en la zona o simplemente a una negligencia de algún vecino o visitante que, sin explicación convincente, hubiera decidido prender alguno de estos artefactos en un paraje natural como este.
No obstante, no hay testigos hasta la fecha que hayan visto o escuchado alguna de las detonaciones (aunque también es cierto que se trata de una zona alejada de los núcleos de población y solo visitada por los pastores de la zona y los senderistas) por lo que el "misterio" de la aparición de estos elementos en el Monreal sigue pendiente de explicación.
Aunque no es una zona habitual para la práctica de la caza, los montes de esta sierra "menor" que cierra la comarca de Entresierras por el norte (como inicio del Campo de Salvatierra), sí suelen avistarse por la zona jabalíes y algunas especies de caza menor.
El Pico Monreal es uno de los parajes naturales privilegiados de la región, albergando un frondoso robledal que esconde tesoros etnográficos como las antiquísimas canteras de mármol, los restos de la atalaya del siglo XII-XIII en su cima o la famosa cueva, descubierta en 1988, que forma parte de las leyendas de la zona.

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