ENTRESIERRASrd | Cientos
de personas acuden al cierre de temporada de 'En tu pueblo y en el mío' en lo
alto de la montaña sagrada de Salamanca: La Peña de Francia
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Francisco A. Martín Iglesias Era sábado 8 de julio de 2017. Aquella mañana
madrugaron más que nunca los campanarios del sur de Salamanca y repicaron de
forma conjunta para anunciar los devenires que tendrían lugar aquel día en lo
más alto de la Montaña Dorada.

Se veían subir los coches por las inmediaciones
del Paso de los Lobos. Las pocas nubes que se agarraban a la cumbre se
resistían a perderse los acontecimientos, pero pudieron más el sol y los buenos
deseos entreserranos; y a las 10,30, con los cielos limpios y el horizonte
abierto, el punto de encuentro del reloj de sol fue un lugar dispuesto para las
bienvenidas, las presentaciones y los agradecimientos.
Amigos y gente nueva llegada desde La Alberca,
Los Santos, Fuenterroble, Endrinal, El Cabaco, San Martín del Castañar,
Salamanca, Valverde, Colmenar de Montemayor, Ledrada, El Cerro, San Miguel de
Robledo, Santibáñez de la Sierra, Valdelamatanza, Fuentes de Béjar, Puerto de
Béjar, Monsagro, Sancti-Spíritus, Cantabria, Sequeros y Lagunilla. Todos
dispuestos a disfrutar del día y del lugar. Entre los invitados de honor, las
voces y los recuerdos de Maurice Legendre, Unamuno, León Felipe, Simón Vela,
Juana Hernández “la Profetisa” y algunas personalidades más de la Historia, la
religión y la leyenda.
Tiempo para recorrer la cima y los lugares sobre
los que leer y aprender: Los balcones que miran a Las Hurdes, los fondos
marinos hechos roca, el santuario, la capilla de La Blanca y la gruta donde
Simón Vela halló la imagen de Nuestra Señora, el Salto del niño, El rollo y
algunas anécdotas más que alguno se animó a compartir.
La 12 fue la hora fijada para la misa y los
cantos a la Virgen. Agustín, el tamborilero de El Cabaco, y un grupo de mujeres
de su pueblo fueron los encargados de hacer más serrana la celebración y
entonar con emoción el himno a la patrona del lugar y de medio mundo. Poemas y
plegarias para concluir, peticiones, deseos y miradas de respeto y de fe al
camarín sobre el que posa la Virgen negra.
Se dijo al poco tiempo por el micrófono de
animación que todos al refectorio, el lugar elegido para la poesía y para la
música. Los rapsodas José María Sánchez Terrones, María Ángeles Gutiérrez
Tábara fueron los encargados de poner voz a los poetas; Elena Matas Pérez,
Alfonso Martín Hernández y Teresa Nieto Becedas fueron los que la poesía eligió
para que pusieran su voz. Y de fondo, dando melodías y notas al recital, la
profesora Matilde Chaves de Tobar y los maestros Héctor Rodríguez Hernández y
Jesús Mateos Vicente. Las emociones y las canciones se hicieron notar. Aquel
lugar de retiro y oración respiró alegrías divinas y humanas, y de sus bóvedas
rebotaron notas musicales, sentimientos y todas las inquietudes que el corazón
y la pasión se atreven a escribir en los cuadernos y partituras.
Las 2,30 fue la cita para el menú en la
hospedería: gaspacho, patatas meneadas, paella con ensalada al centro,
natillas… Tiempo para reponer fuerzas y charlar. Los bollos de Casilda, el
saborcillo entreserrano que no puede faltar a los encuentros; y en la tertulia,
los momentos más interesantes para poner sobre la mesa y el mantel el
ingrediente más importante de la comida: la amistad.
Breve tiempo para tomar café y asomarse a ver el
fuego que había aparecido sobre los cerros de las Hurdes. Avisos, llamadas, una
piara de cabras desde la cima asomada a tanta expectación, y en el breve tiempo
de ir y venir para mirar, la situación controlada y todo dispuesto para
culminar la jornada.
Media hora antes de la hora taurina fue de nuevo
el momento elegido en el refectorio para disfrutar de la palabra. El albercano
José Luis Puerto fue el encargado de enseñarnos de forma amena y con maestría
todos los entresijos de la historia del lugar y de la comarca. Los hubo que no
se resistieron con disimulo a la cabezada, casi inevitable por otro lado. Pero
lo interesante de la charla venció las tentaciones; y José Luis, el antiguo
secretario de Rafael Alberti, supo mantener despiertas las almas y la
curiosidad. La Peña de Francia tiene mucho que enseñar, tiene mucho de lo que
aprender, y la genialidad y su forma de decir las cosas fueron la guinda a una
jornada que hizo del lugar ese pueblo común al que asomarnos con más
frecuencia.
El XXIX encuentro entreserrano En tu pueblo y en
el mío finalizó sobre las 6 de la tarde, con besos y despedidas, con el sabor
de una jornada entrañable entre amigos que supieron hacer comarca, que supieron
divertirse, aprender y hacer de la convivencia momentos para recordar por mucho
tiempo. La Peña de Francia fue esa jornada más que nunca nuestra Peña y la de
todos, y al bajar sentimos que desde aquel día una parte de nosotros
permanecerá por mucho tiempo anclada en aquel lugar.
Agradecimientos
El encuentro comarcal en la Peña de Francia de
este sábado cierra la cuarta temporada del proyecto 'En tu pueblo y en el mío'.
En esta ocasión, como siempre, queremos dar las gracias a los organizadores de
esta inolvidable jornada, a Francisco Antonio Martín, a Casilda Merino y a
Elena Matas, principales promotores de esta cita, y a todos los que con su voz,
esfuerzo o simple presencia lo han hecho posible.
Como cada año, desde marzo de 2014, desde estas
páginas queremos dar las gracias a todos los que un año más nos han acompañado
en este viaje por la provincia de Salamanca, por las Sierras y Entresierras,
que tantos secretos esconden y tantas historias tienen que contar.
El Cabaco, Santibáñez de la Sierra, El
Casarito-Nava de Francia, Ledrada, Los Santos, Valdelageve, Lagunilla y la Peña
de Francia, han sido las paradas de este calendario que continuará a la vuelta
del verano con nuevos pueblos y más amigos.
Os esperamos.
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