ENTRESIERRASrd | Dos estudios publicados en ‘Science’
muestran la peligrosidad de un producto químico que sigue siendo legal en casi
todo el mundo
Por si todavía existía alguna
duda al respecto, dos amplios y documentados estudios que publica la revista Science
(30 de junio) confirman que, según los datos conseguidos en diversas pruebas de
campo, la exposición continuada a los insecticidas que contienen
neonicotinoides -o a cultivos expuestos a estas substancias- afecta
negativamente a las abejas.
En dos de los primeros estudios
de campo a gran escala realizados hasta la fecha, investigadores de Europa y
Canadá afirman que las abejas -especialmente la abeja doméstica o melifera
(Apis mellifera)- expuestas directa o indirectamente a alguno de los insecticidas
que contienen neonicotinoides padecen efectos adversos graves que van desde la
reducción en el éxito reproductivo, la desorientación y la muerte por daños
neuronales.
Los autores de este estudio
explican que las condiciones ambientales locales y la especie o subespecie de
abejas afectadas pueden hacer variar la respuesta a los neonicotinoides pero
indican que en todos los casos estudiados, incluso en dosis bajas se observan
efectos adversos para la salud de estos insectos polinizadores.
Los datos acumulados en
diversos estudios internacionales indican que múltiples causas que explicarían
el declive de las poblaciones de abejas en diversos zonas del planeta (un
fenómeno conocido en ocasiones como el síndrome del colapso de las colmenas)
pero parece confirmar que una de estas causas son este tipo concreto de
insecticidas.
Los resultados del estudio que
ahora se presenta son de gran importancia para la adopción de medidas a escala
mundial en la defensa de la supervivencia de las abejas. En especial, estos
resultados deberían ser tenidos en cuenta por las autoridades de la Unión
Europea en el proceso que mantienen abierto -y que se debería concluir este
mismo año- sobre la ampliación de las restricciones de uso de neonicotinoides.
En el estudio que ahora publica
Science, el equipo científico que encabeza Ben Alex Woodcock ha llevado a cabo
“tal vez el experimento de campo más ambicioso realizado hasta ahora sobre los
efectos de los neonicotinoides”, afirma Jeremy Kerr (Universidad de Otawa,
Canadá) en un artículo de análisis publicado en la misma revista.
Los autores han trabajado en
cultivos de colza oleaginosa tratados con neonicotinoides en Alemania, Hungría
y el Reino Unido; recopilando datos sobre el impacto en tres especies de
abejas. Los resultados indican que estos productos químicos contribuyeron
negativamente a las poblaciones locales de todo tipo de abejas, con variación
en función del contexto ambiental. LEER ARTÍCULO COMPLETO
.
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