ENTRESIERRASrd | Nos
sentamos nuevamente a escuchar las historias que dan empaque a la historia de
nuestra comarca
©
Atanasio Sánchez-Blog Pataloso
En
Cereceda se usaba hace muchos años. Yo la escuché de labios de mi abuela, pero recuerdo
oírsela a mi tía Luisa y a mi madre: - El barril de la siega está "esborcillao"
El barril de la siega era un barril de barro, de
los puchereros de Tamames, que tenía dos asas y que iba a todas las tierras
durante la siega. Hacía "un agua muy fresca". Tenía la boca redonda y
pequeña. Lo llevábamos lleno de agua del pozo de casa. Si había que llenarlo en
Valdecarros, acudíamos a la fuente del Corcino o a la fuente que había por
debajo del camino de Zarzoso. Lo llenábamos con un vaso que debía ser
"herencia de la guerra civil" por la cantidad de "abolladuras"
que tenía.
Y en estas, la boca del barril estaba “esborcillada”
y había que beber por un lado. La boca se le había "esborcillao" con el tapón que le poníamos para que no entraran
ni las arañas ni las hormigas. Era un tapón que mi padre le había hecho con la
navaja. Un tapón de un trozo de barda. El barril estaba siempre a la sombra de
dos haces de bálago puestos de pie, espigas con espigas.
Ese barril seguía su "vida de verano" en
las Eras o en el Teso. Allí estaba a la sombra de la hacina, o bajo el carro, o
junto a uno de los "palos del sombrajo" que levantábamos entre las
parvas.
Hoy ese barril, que durante años acompañó a mis
tíos, algunos veranos en el "prao" del Tumbadero, disfruta de su merecida jubilación "de
pie, sin agua, en la repisa de madera de
mi casa. Ahora tiene un tapón de corcho de una botella de sidra, fabricado
"a filo de navaja"
La despensa con paredes de adobes es su lugar de
reposo a una temperatura constante de 17 - 18 grados.
¡Larga vida a los barriles "desborcillaos " que nos
acompañaron en aquellos lejanos veranos de Cereceda!
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