viernes, 9 de marzo de 2018

Una merecida jubilación


ENTRESIERRASrd | Nos sentamos nuevamente a escuchar las historias que dan empaque a la historia de nuestra comarca
© Atanasio Sánchez-Blog Pataloso En Cereceda se usaba hace muchos años. Yo la escuché de labios de mi abuela, pero recuerdo oírsela a mi tía Luisa y a mi madre: - El barril de la siega está "esborcillao"

El barril de la siega era un barril de barro, de los puchereros de Tamames, que tenía dos asas y que iba a todas las tierras durante la siega. Hacía "un agua muy fresca". Tenía la boca redonda y pequeña. Lo llevábamos lleno de agua del pozo de casa. Si había que llenarlo en Valdecarros, acudíamos a la fuente del Corcino o a la fuente que había por debajo del camino de Zarzoso. Lo llenábamos con un vaso que debía ser "herencia de la guerra civil" por la cantidad de "abolladuras" que tenía.
Y en estas, la boca del barril estaba “esborcillada” y había que beber por un lado. La boca se le había "esborcillao"  con el tapón que le poníamos para que no entraran ni las arañas ni las hormigas. Era un tapón que mi padre le había hecho con la navaja. Un tapón de un trozo de barda. El barril estaba siempre a la sombra de dos haces de bálago puestos de pie, espigas con espigas.
Ese barril seguía su "vida de verano" en las Eras o en el Teso. Allí estaba a la sombra de la hacina, o bajo el carro, o junto a uno de los "palos del sombrajo" que levantábamos entre las parvas.
Hoy ese barril, que durante años acompañó a mis tíos, algunos veranos en el "prao" del Tumbadero,  disfruta de su merecida jubilación "de pie, sin agua, en la repisa de madera  de mi casa. Ahora tiene un tapón de corcho de una botella de sidra, fabricado "a filo de navaja"
La despensa con paredes de adobes es su lugar de reposo a una temperatura constante de 17 - 18 grados.
¡Larga vida a los barriles  "desborcillaos " que nos acompañaron en aquellos lejanos veranos de Cereceda!

No hay comentarios:

Publicar un comentario