domingo, 28 de agosto de 2016

El Romancero en Entresierras : Los mozos de Monleón

La fecundidad del Romancero Viejo del siglo XV se bifurcó en una doble dirección: por una parte, los poetas cultos, a partir del siglo XVI, siguen componiendo romances, que reciben el nombre genérico de Romancero Nuevo; y por otra, la tradición popular transmite oralmente los viejos romances y crea otros nuevos de tradición oral más reciente.
Estos últimos romances de nueva tradición se caracterizan -según Ramón Menéndez Pidal- por tratar temas lugareños o campesinos y ser de sencilla invención (1). Entre ellos se encuentra el titulado «Los mozos de Monleón», creado y difundido en diversas zonas de la provincia de Salamanca, del que se conservan varias versiones (unas diecisiete, según Menéndez Pidal). lo cual está dentro de la lógica de las diversas variantes que crea siempre la transmisión oral de cualquier poema. La transmisión oral de este romance sigue aún viva en muchos pueblos de Salamanca.
De «Los mozos de Monleón» conservamos, como hemos dicho, varias versiones de su texto, pero además también su música, dato importante, pues poseemos de él los dos elementos que en su conjunción sirvieron, y sirven, para difundir una enorme parcela de la cultura popular: letra y canto, literatura y música.
De entre las distintas versiones del romance, vamos a mostrar en este Cuaderno la recogida por G. Menéndez Pidal, rindiendo así homenaje a este historiador tan arraigado en la comarca salmantina de Entresierras
 Para conocer más sobre este romance puede consultarse la Revista de la Fundación de Joaquín Díaz, guía e indispensable arcón donde se guardan muchos de los tesoros folkloricos, tradicionales y legendarios de la provincia de Salamanca.

LOS MOZOS DE MONLEON
(Romance regional de Salamanca)
Los mozos de Monleón
se fueron a arar temprano
para dir a la corrida
y remudar(a) con despacio;
al hijo de la veyuda(b)
el remudo no le han dado.
-Yo a la joriza(c) he de ir
aunque lo busque emprestado.
-Permita Dios si allá vas
que te traigan en un carro,
las abarcas y el sombrero
de los indiestos(d) colgando!
Se cogen los garrochones,
se fueron la nava abajo,
preguntando por el toro,
y el toro ya está encerrado.
En el medio del camino
al vaquero se encontraron.
-¿Cuánto tiempo tiene el toro?
-El toro tiene ocho años.
Muchachos, no entréis a él;
mirar que el toro es muy malo,
que la leche que mamó
se la di yo por mi mano.
-Si nos mata que nos mate,
ya venimos sentenciados.
Manuel Sánchez llamó al toro,
nunca lo hubiera llamado:
por el pico de una abarca
toda la plaza arrastrando.
-Compañeros, yo me muero;
amigos, yo estoy muy malo;
tres pañuelos tengo dentro
y este que meto son cuatro.
Al rico de Monleón
le piden los gües(e) y el carro.
A la puerta la veyuda
arrecularon el carro.
-Aquí tenéis vuestro hijo
como lo habéis demandado.
A eso de los nueve meses
la madre sale bramando;
los vaqueriles arriba,
los vaqueriles abajo,
preguntando por el toro,
y el toro ya está enterrado.


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