Fuentesaúco vivió el pasado sábado una jornada memorable de folklore y
tradición musical. Organizado por el grupo Dulzaineros de Fuentesaúco, todo el
pueblo se volcó en la celebración del Segundo Certamen de Folclore «Fini el
Barrito». Las calles de la villa, la plaza de Santa María y el teatro municipal
fueron espacios que se llenaron de música y color, de bailes y cantos
tradicionales, adornados con vistosos vestidos tradicionales recuperados pacientemente
tanto en Fuentesaúco como en otros municipios de la comarca. Fue una larga
jornada que giró en torno al folklore y la tradición que se inició con un
pasacalles vespertino y que concluyó, ya avanzada la tarde con un
multitudinario pasacalles al ritmo de dulzainas y tambores con representantes
de los diferentes grupos que amenizaron la jornada.
La segunda edición de este certamen folklórico no decepcionó a nadie.
Seis grupos participaron en el mismo y destacaron por una calidad excepcional,
tanto en la disciplina de baile como de música tradicional llegados para la
ocasión desde Madrid, Valladolid o Salamanca y con una nutrida representación
de las inquietudes folklóricas de la comarca personificadas en la Escuela de
folklore de la Guareña y la coral Saucano-Guareña.
El aperitivo del certamen estuvo a cargo del grupo
de danzas de Cespedosa de Tormes, especialistas en paloteo, dejaron
impresionado al numeroso público bailando cuatro danzas de profunda raigambre
histórica y demostrando una gran destreza en el manejo de tan compleja técnica
de baile. Los saucanos pudieron deleitarse con unos bailes ancestrales que
según reconocieron se han trasmitido de generación en generación para honrar a
la patrona de su pueblo.
A continuación se invitó al público a entrar en el
teatro para continuar con el evento, y allí adentro, esperaban casi otras tres
horas de músicas y bailes. El teatro a reventar, más de 400 personas asistieron
de principio a fin de un espectáculo memorable. Los dulzaineros de Fuentesaúco,
alma máter de este certamen, fueron los encargados de abrir la jornada
presentando a los participantes e interpretando unos temas típicos de las
fiestas patronales saucanas. A partir de aquí se fueron sucediendo las
actuaciones y pasaron por el escenario la Coral Saucano Guareña, que desde hace
siete años se ha empeñado en no dejar morir las canciones tradicionales que se
cantaban en Fuentesaúco y comarca. Les siguió un excepcional grupo de
dulzaineros, «Folklore Plaza de Castilla», llegados desde Madrid y que hicieron
las delicias del público por su virtuosismo con tan difícil instrumento como es
la dulzaina. El siguiente turno fue un merecido homenaje a la escuela de
Folklore de la Guareña, los más pequeños, acompañados por sus profesores
mostraron su progresión musical y el sorprendente el perfeccionismo que está
alcanzando el grupo de baile tradicional infantil que en el baile de las
botellas arrancó al público del asiento. Igualmente meritoria fue la relación
de danzas interpretadas por el grupo de baile de mujeres de la misma escuela
que además llenaron de colorido el escenario. Luego irrumpió en el escenario el
último grupo invitado, la Escuela de música Tradicional Tierra de Pinares de
Aldea Mayor de San Martín de Valladolid. El nombre puede llamar a engaño,
porque este nutrido grupo dejó al público literalmente con la boca abierta por
su capacidad para fusionar los instrumentos tradicionales, especialmente la
dulzaina, con otros más modernos como la guitarra eléctrica, el bajo y la
batería y con un toque jasístico clásico. Apuesta arriesgada y valiente que
sólo es posible gracias a unos músicos inspirados y excepcionales que
entusiasmó a los presentes.
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