Fotografías : Yolanda Moro |
Los
vecinos de Molinillo tienen dos citas inexcusables durante el calendario anual
: la festividad de la Santa Cruz y las siempre jubilosas fiestas patronales en
honor a San Bartolo. El pasado sábado tocó el turno de honrar a la primera y
los habitantes y amigos de este pequeño municipio a caballo entre ambas sierras
se echaron a la calle para vivir un día de fiesta y hermandad.
La Virgen
de la Cruz fue sacada en andas para procesionar en esta jornada, acompañada del
párroco y el inexcusable tamborilero que amenizó la procesión hasta el Cerro
desde el que se realizó la bendición de los campos. La Santa Cruz en Molinillo
vino acompañada del vino (valga la redundancia) con la celebración del Día del
Vino dentro del programa Primavera en las Sierras promovida desde la Reserva de
la Biosfera.
En la comida no faltó el idem, es decir, el vino que acompañó a
una multitudinaria paella, de tal tamaño que todos los comensales pudieron
repetir hasta saciar. Por la tarde se realizó un paseo vecinal por las viñas
que rodean al municipio. Dentro de las actividades “biosféricas” se pudo
aprender más sobre viticultura gracias a la charla de Ambrosio Jiménez Andrés,
agricultor de Garcibuey, que expuso su visión sobre el futuro de esta
especialidad agrícola, además de poder realizar una cata de vinos y visitar la
exposición “El viñedo en las Sierras de Salamanca”.
Un día de alegría, aprendizaje y diversión que pone
en el mapa comarcal a este pequeño municipio salmantino.
Cada año la "fiesta chica" es más grande.
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