jueves, 18 de junio de 2015

El triste consuelo de ser leyenda...

ENTRESIERRASrd | Los 'marranos' de San Antón ya campan sus cuartos por las calles de La Alberca y Mogarraz
Mogarraz y La Alberca continuaron acogiéndose a las leyes que dicta la tradición y que tiene uno de sus máximos exponentes en el día de San Antonio de Padua, cuando ambos municipios serranos dan rienda suelta, nunca mejor dicho, a sus respectivos 'marranos' de San Antón.

Fotografías :
Artesanía Hoyos Calama / Ayuntamiento de Mogarraz
Un animal que carga sobre sus espaldas con toda la historia de la Sierra, ciclo de vida y muerte, de hambre, de saciedad y de religiosidad. Cuenta la tradición que hace siglos los judíos residentes en ambas localidades, conversos por la fuerza a la fe cristiana, criaron un cerdo para demostrar su cristianismo.
Judíos ya no quedan por la Sierra, o vienen de pasada en autocares de turismo, quedan sí sus juderías laberínticas y sus dinteles labrados con inscripciones bíblicas, y quedan ellos, los marranos, Antón VII, rey de Mogarraz durante siete meses, y el marrano albercano, que hasta la fecha, aun siendo también rey no tiene onomástica.  Ambos serán alimentados por los vecinos, como niños chicos, como mimados y a veces malcriados, pero bien merecidos, que luego ya purgarán cuitas de paraíso en el otro San Antón, el de enero.
Ambos, reyes a mesa puesta, a manjar de sobras y delicatesen, pasarán estos meses cogiendo empaque, peso y esperemos que no conciencia de futuro. Siete meses a mesa puesta para ser puestos a la mesa del invierno. Dura penitencia. Les quedará el consuelo (si pudieran hablar…) de ser leyenda de la Sierra.




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