ENTRESIERRASrd | La
empresa cárnica Montesierra, con raíces en la localidad salmantina, también se
revela contra la OMS. "Pocas cosas puede haber más sanas que el cerdo
ibérico"
Huele a gloria en el secadero que la empresa
Montesierra tiene a las afueras de Jerez. Aquí son sacrificados 30.000 cerdos
al año de los 2.247.211 existentes ahora mismo en Andalucía. Loreto Martín
forma parte de la cuarta generación de esta empresa familiar que emplea a más
de un centenar de personas en sus centros de Jerez y Jabugo. (Crónica : Diario de Cádiz)
"Loreto nos entrega batas, gorros y
plásticos para los zapatos y nos hace de cicerone por unas instalaciones
impolutas donde se sigue el proceso íntegro de cada parte del cerdo. El dicho
dice, ya se sabe, que del cerdo se aprovechan hasta los andares. También nos va
contando cómo fue su tatarabuelo el que empezó las matanzas en Frades de la
Sierra, un pueblo de Salamanca que ahora tiene menos de 300 habitantes. Su
bisabuelo Teodoro siguió con la tradición a principios del siglo XX y el que
empezó a comercializarlos. En los años 60 el abuelo de Loreto ya sacrificaba
3.000 cerdos al año y a finales de los 70 se trasladaron a Jerez buscando nuevos
mercados.
"En cada matanza, que hacemos unas tres
veces por semana, está presente un veterinario de la Junta que lo inspecciona
todo. Cada paso está sumamente controlado. Antes las matanzas sólo se hacían en
invierno para aprovechar el frío. El frío es esencial en el proceso. Con la
tecnología actual podemos mantener la actividad todas las semanas del
año", explica Loreto.
Sobre la alarma de la OMS se encoge de hombros,
un poco sorprendida. "Pocas cosas puede haber más sanas que el cerdo
ibérico. Por ejemplo, la grasa del jamón es oleica, no produce colesterol, es
como el aceite de oliva o el atún", relata mientras los operarios trabajan
sobre patas frescas de cerdos muertos ayer. Tras ser desgrasado y arreglado la
pata irá al saladero, luego será lavada, a continuación irá a los secaderos
para trasladase con los meses a Jabugo a finalizar su transformación en pata de
jamón serrano. En todos estos pasos cada pata está controlada, se conoce su
procedencia, dónde estuvo el cerdo que anduvo sobre ella, dónde nació y qué
comió, si bellota en el campo o fue cebado. "El sector hace mucho que
aprendió que los estándares de calidad eran la mejor carta de presentación ante
el consumidor".
José Manuel Martín, padre de Loreto y director
actual de Montesierra afirma que "no ponemos en tela de juicio a los
investigadores, no tengo ni idea sobre esa materia, pero lo que sí sé es que se
ha alarmado demasiado. Nosotros somos un país que consume carne y tenemos una
esperanza de vida altísima, por encima de los 85 años. De lo que se tiene que
preocupar el consumidor es que el producto que adquiere cuente con todos los
controles y eso, en nuestro país, está garantizado", afirma zanjando la
cuestión.
SÍGUENOS EN FACEBOOK
No hay comentarios:
Publicar un comentario