ENTRESIERRASrd | La localidad
serrana rinde homenaje a Miguel de Unamuno, rincón de inspiración
"metafísica" para el escritor
La vida intelectual de Miguel de Unamuno fue un
permanente cruce de caminos intelectual y espiritual que con frecuencia reflejó
en su obra, también su pasión viajera como este sábado ha recordado el
municipio serrano de La Alberca con un retrato mural que recordará sus visitas.
Fotografías
: EFE / Ayuntamiento La Alberca
La vocación viajera de Unamuno (1864-1936),
generalmente ligada a escenarios de gran fuerza telúrica y resonancia
histórica, tuvo en La Alberca y su vecina comarca cacereña de Las Hurdes uno de
sus hitos con el viaje realizado en 1913 junto al hispanista Maurice Legendre,
Severino Aznar, Jacques Chevalier y, como guía, un mozo de mulas apodado
"Tío Ignacio".
El escritor y filósofo anotó sus impresiones en
un cuaderno de viaje, parte del cual vertió en "Andanzas y visiones
españolas" (1922), como ahora recuerdan los autores de "Itinerarios
serranos de Unamuno", presentado esta mañana junto al retrato mural, obra de
Florencio Maíllo.
La pintura, de dos metros de alto y más de un
metro de ancho, ha sido colocado junto a la Plaza Mayor de La Alberca para
recordar la entrada del grupo a este municipio, declarado Conjunto Histórico
Artístico en 1940, procedentes de Las Hurdes.
Este tributo a quien fue nombrado hasta tres
veces rector de la Universidad de Salamanca ha sido completado con la
publicación de los "Itinerarios serranos de Unamuno", escrito por
José Luis Puerto, Miguel Elías, Francisco Blanco y por su propio nieto, Pablo
Unamuno.
José Luis Puerto, poeta y natural de La Alberca,
describe algunas visitas del escritor por algunos enclaves de la Sierra de
Francia a principios del siglo XX, donde destaca su presencia en el monasterio
dominico de la Peña de Francia, la Casa Baja de El Maíllo o el convento de El
Zarzoso.
Puerto recuerda que la Sierra de Francia
permitió a Unamuno "tener dos experiencias no sólo físicas, sino también
metafísicas: la de la sima y la de la cima".
Su nieto, Pablo Unamuno, titula su capítulo
"Miguel de Unamuno y Gredos", donde parafrasea al escritor de la
Generación del 98 en su visita a París: "Contemplo la torre Eiffel. Y me
acuerdo de Gredos. Y siento la morriña de la eternidad".
Describe en un esbozo los viajes que realizó su
abuelo por los pueblos de la Sierra de Gredos y recoge algunas de sus poesías.
Por su parte, Miguel Elías se ha centrado en los
"Cuadernos de viaje de Unamuno", donde plasma una serie de
reflexiones de trazo existencial.
Por último, Francisco Blanco recuerda cómo
fueron los viajes que el rector hizo por los pueblos de Las Hurdes (Cáceres),
entonces considerados como una de las zonas más deprimidas de España, y hoy
convertidas en uno los enclaves paisajísticos más demandados por el turismo
rural.
Miguel Ángel Luengo, alcalde de La Alberca, ha
destacado el interés que siempre mostró Unamuno por esta zona del sur de
Salamanca, motivo por el que han decidido lucir su retrato para que lo vean los
miles de turistas que acuden cada año. EFE
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