ENTRESIERRASrd | Nos
acercamos a Los Santos y Sanchotello para rendir homenaje a Pedro y Martín,
centenarios y depositarios de la historia de la comarca
En España, como en el resto de los
países desarrollados, se había iniciado la Edad del Hombre Centenario. No es
cierto que "la vejez es la pérdida de la curiosidad", como escribió
Azorín, porque los ancianos, si no están enfermos, muestran gran interés por
todo lo que les rodea: su familia, sus amigos, su ambiente y la sociedad en
general. En las sociedades modernas la experiencia de los ancianos, aun siendo
estimable, tiene menos valor para las siguientes generaciones debido a las
continuas revoluciones tecnológicas. Confucio ya lo previó cuando afirmaba que
la experiencia es como una lámpara colgada a nuestra espalda y que es una
lástima que solo ilumine lo que ya pasó.
A los ancianos, en la segunda mitad
del siglo XX, les cogió de lleno el fenómeno de la emigración. Las pequeñas
explotaciones agrícolas y ganaderas, que habían remediado el hambre de muchas
generaciones, estaban siendo abandonadas. Mis padres se habían hecho viejos y
vivíamos solos, porque todos sus siete hijos habíamos formado parte de la
primera gran emigración interior de España, desde los pueblos a los centros
urbanos.Todos emigramos cuando éramos jóvenes, pero ellos se vieron obligados a permanecer en el pueblo por muchas circunstancias, especialmente por razones de orden laboral y dificultades para un nuevo arraigo. Los ancianos del siglo XX constituyeron la última generación de la Edad Antigua del Hombre. Aquellos ancianos vivieron, y viven, comieron, se vistieron, se comunicaron y trabajaron como sus antecesores.
[Y se convirtieron, de este
modo, en el eslabón, cada vez más débil, que une los tiempos 'modernos' con las
viejas estructuras sociales que no es que se hayan desmoronado, es que son
restos arqueológicos que los ojos de hoy miran como quien observa un yacimiento
prehistórico]
En el corazón de
otros tiempos, Gerardo Martín Pascual
Sirvan estas palabras, y los rostros que le dan
sentido, para rendir homenaje a la vida centenaria de nuestra comarca. Alumbrados
por ese fanal de experiencia a sus espaldas, rendimos hoy homenaje a dos
centenarios de la región: Martín, de Sanchotello (100 años), y Pedro Morato, de
Los Santos (105 años). Ambos han dedicado sus vidas, como bien se dice en la
introducción, a la ganadería y la agricultura. Y sin quererlo, o sin
pretenderlo, son eslabones de una vida que ya pasó.
Son supervivientes y a su luz nos sentamos a
escuchar la historia.
Vaya para ellos la mirada 'entreserrana' de hoy.
¿TE GUSTA?
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