miércoles, 7 de septiembre de 2016

La última generación de la 'Edad Antigua' del Hombre

ENTRESIERRASrd | Nos acercamos a Los Santos y Sanchotello para rendir homenaje a Pedro y Martín, centenarios y depositarios de la historia de la comarca
En España, como en el resto de los países desarrollados, se había iniciado la Edad del Hombre Centenario. No es cierto que "la vejez es la pérdida de la curiosidad", como escribió Azorín, porque los ancianos, si no están enfermos, muestran gran interés por todo lo que les rodea: su familia, sus amigos, su ambiente y la sociedad en general. En las sociedades modernas la experiencia de los ancianos, aun siendo estimable, tiene menos valor para las siguientes generaciones debido a las continuas revoluciones tecnológicas. Confucio ya lo previó cuando afirmaba que la experiencia es como una lámpara colgada a nuestra espalda y que es una lástima que solo ilumine lo que ya pasó.
A los ancianos, en la segunda mitad del siglo XX, les cogió de lleno el fenómeno de la emigración. Las pequeñas explotaciones agrícolas y ganaderas, que habían remediado el hambre de muchas generaciones, estaban siendo abandonadas. Mis padres se habían hecho viejos y vivíamos solos, porque todos sus siete hijos habíamos formado parte de la primera gran emigración interior de España, desde los pueblos a los centros urbanos.
Todos emigramos cuando éramos jóvenes, pero ellos se vieron obligados a permanecer en el pueblo por muchas circunstancias, especialmente por razones de orden laboral y dificultades para un nuevo arraigo. Los ancianos del siglo XX constituyeron la última generación de la Edad Antigua del Hombre. Aquellos ancianos vivieron, y viven, comieron, se vistieron, se comunicaron y trabajaron como sus antecesores.
[Y se convirtieron, de este modo, en el eslabón, cada vez más débil, que une los tiempos 'modernos' con las viejas estructuras sociales que no es que se hayan desmoronado, es que son restos arqueológicos que los ojos de hoy miran como quien observa un yacimiento prehistórico]
En el corazón de otros tiempos, Gerardo Martín Pascual

Sirvan estas palabras, y los rostros que le dan sentido, para rendir homenaje a la vida centenaria de nuestra comarca. Alumbrados por ese fanal de experiencia a sus espaldas, rendimos hoy homenaje a dos centenarios de la región: Martín, de Sanchotello (100 años), y Pedro Morato, de Los Santos (105 años). Ambos han dedicado sus vidas, como bien se dice en la introducción, a la ganadería y la agricultura. Y sin quererlo, o sin pretenderlo, son eslabones de una vida que ya pasó.
Son supervivientes y a su luz nos sentamos a escuchar la historia.
Vaya para ellos la mirada 'entreserrana' de hoy.  




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