ENTRESIERRASrd | Del 11 al
13 de noviembre la localidad disfrutará de sus fiestas patronales en las que
tendrá lugar el acto de hermanamiento con la localidad de Valdelacasa
San Martín de Tours es santo de historia y
emblema en la comarca. Esta advocación viene de lejos en la provincia de
Salamanca, de los tiempos de las repoblaciones del territorio en los siglos XI
y XII, movimiento de gentes y enseres que marcó una gran afluencia de 'francos'
a la región.
Francos que pusieron nombre, según aseguran a media voz los
historiadores (porque nada hay categórico al respecto), a pueblos (como San
Martín del Castañar) o incluso a Sierras enteras (como la de Francia) y que
dejaron tras de sí, aparte de algunos apellidos de origen francés que aún
perduran en las genealogías, cultos de allende los Pirineos, como es el caso de
la devoción por el santo de Tours.
Son
numerosos los municipios que tienen en San Martín motivo de patronazgo
celestial y fiesta mundana. Su fiesta, el 11 de noviembre, ya metidos en
"otoño que invernea", ha derivado en que muchos pueblos decidieran
cambiar de estación los festejos. Otros guardan para este día alguna
celebración litúrgica y reunión vecinal y familiar en la soledad que inunda los
pueblos estos días. Y otros, como es el caso de Cristóbal de la Sierra, han
decidido mantener el rito, aderezarlo con tradición y folklore y tomar la fecha
de calendario para aunar voluntades y hermanar municipios al amparo de la capa
de San Martín.
Del 11 al 13 de noviembre los vecinos de
Cristóbal disfrutarán un año más de la fiesta en honor a San Martín. Evento con
dos ejes principales; por un lado, la fiesta de la matanza tradicional que
tendrá lugar el sábado 12 de noviembre, y por otro, la fiesta grande y
litúrgica, el domingo 13, con las honras al patrón y la comunión con otros
pueblos de la región. Si el año pasado fueron los vecinos y autoridades de
Colmenar de Montemayor los que se hermanaron con sus homólogos de Cristóbal,
este año es la localidad de Valdelacasa la elegida para recoger la capa de un
hermanamiento que, más allá de San Martín o del cerdo, es un acto de
fraternidad.
Teatro, peñas, gastronomía, verbenas, misa y
liturgia componen el programa completo para disfrutar de unos días en el
corazón de la provincia.
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