ENTRESIERRASrd
| Una mirada a la
tradición taurina de la comarca desde la pluma afilada de Beatriz Montejo, del
portal 'Pureza y Emoción'
Salamanca sobrevive
de la renta taurina de dehesa, tradición y cuernocracia, pero explota poco la
afición de a pie. Esa de tantos pueblos del corazón del campo charro, de las
comarcas de Vitigudino o Ledesma, de la socampana de Ciudad Rodrigo, Alba de
Tormes, Peñaranda o Macotera, de Las Arribes del Duero o de la Sierra de
Francia, donde la fiesta gira en torno al toro y cada toro es una fiesta que se
vive en la calle y en la era, en encierros a caballo y a pie, en desencierros,
capeas y toros de cajón.
En plazas de
andamios que se encajan como un tetris en la plaza del pueblo, donde tiene más
peligro el anciano sintroneao haciendo malabares al filo de la tabla (ay si la
hipoglucemia, el vértigo o la hipotensión) con la falsa impunidad
hipotéticamente alcanzada tras una vida de malabares recogiendo cerezas, que
quien se juega los cuartos con el bicho negro. En plazas portátiles, de carros
o con un árbol anárquico en medio del ruedo. En tantas construcciones
identitarias en las faldas de la sierra, donde la piedra enmohecida se
convierte en raíces, en alma y en historia desafiando por igual a años,
carámbanos y cierzos.
En tierras de Castilla, el pistoletazo de salida a la temporada suena cada año en Valero de la Sierra cuando aún sobrevivimos al brindis, resaca, pandereta y polvorón sin tregua. Mientras, en el sosiego helado del campo a la par estojan los días y los becerros, y lo provisional se convierte en definitivo, lo pueril en adulto, porque todavía por ahora se cambian los crotales por el pellejo grabado a fuego con marcas y guarismos, en la anatomía derecha del costillar, la paletilla y la solana.
Si en el 2009 fue su hermano Francisco, será Cayetano quien el próximo 29 de enero haga el paseíllo en esta plaza tempranera con reses del mismo hierro (Hermanos García Jiménez). Y la dinastía de los Ordoñez-Rivera por estas tierras rescata del recuerdo a dos personalidades salmantinas. LEER ARTÍCULO COMPLETO
En tierras de Castilla, el pistoletazo de salida a la temporada suena cada año en Valero de la Sierra cuando aún sobrevivimos al brindis, resaca, pandereta y polvorón sin tregua. Mientras, en el sosiego helado del campo a la par estojan los días y los becerros, y lo provisional se convierte en definitivo, lo pueril en adulto, porque todavía por ahora se cambian los crotales por el pellejo grabado a fuego con marcas y guarismos, en la anatomía derecha del costillar, la paletilla y la solana.
Si en el 2009 fue su hermano Francisco, será Cayetano quien el próximo 29 de enero haga el paseíllo en esta plaza tempranera con reses del mismo hierro (Hermanos García Jiménez). Y la dinastía de los Ordoñez-Rivera por estas tierras rescata del recuerdo a dos personalidades salmantinas. LEER ARTÍCULO COMPLETO
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