miércoles, 1 de marzo de 2017

El poco valor de la población rural

© Tamames Opinión Es notorio el poco valor que nuestros gobernantes dan a las personas que habitamos en los pueblos, en este caso me refiero a la Junta de Castilla y León, que hace la vista gorda ante un proyecto claramente dañino para la salud de los pocos votos de una zona despoblada y para el interés de una comarca con una riqueza ambiental espectacular. Es también increíble la falta de información a los vecinos desde nuestros ayuntamientos o centros de salud.
La empresa especuladora australiana Berkeley pretende aprovecharse dentro de la comarca salmantina del Campo Charro de una concesión de explotación de 2.500 hectáreas para la extracción y procesado de mineral de uranio por lixiviación, entre los municipios de Retortillo y Villavieja de Yeltes. El proyecto implicará un movimiento de tierras superior a 200.000 metros cúbicos anuales, cinco megavoladuras semanales y el procesado de 2.000.000 de toneladas año / de mineral de baja ley, durante los 11 años que durará el proyecto.
La empresa especuladora Berkeley , que posteriormente venderá los derechos de explotación a una empresa posiblemente china, asegura que la actividad minera será una importante inyección económica para la provincia, ya que creará 200 puestos de trabajo directos y otros 1.000 indirectos, en definitiva toda la comarca con un puesto de trabajo, algo a todas luces increíble.
No hay discusión posible, ni organismo de energía nuclear en el mundo, que niegue el impacto destructivo de un dique de colas de uranio donde van a parar los restos del uranio molido, mezclado con agua y ácido sulfúrico, con consecuencias graves y, en algunos casos, aún sin soluciones ni respuestas. Cuanto más diseminado está el mineral como es el caso de este yacimiento, menor baja ley ofrece y, para extraerlo, se vuelan las montañas, mesetas y suelos en general, a pura dinamita en extensiones kilométricas. Cuanto más baja ley, mayor cantidad de ácido sulfúrico (o cianuro de sodio) y sopa química; cuanto más baja es la ley, mayor el volumen de agua , que pretenden extraer del Rio Yeltes, utilizada, cuanto más baja es la ley del mineral, más desertización y daño paisajístico al encinar y, por supuesto, más cantidad de explosivos y voladuras. Las piedras se muelen según convenga y se aplica un sistema de lixiviación a base de compuestos químicos. De modo que tenemos dos gravísimas consecuencias de esto: las voladuras y el polvillo en suspensión (que en este caso contiene uranio principalmente, además de otros minerales , y la movilización de metales pesados que, con el uranio, irán a parar a los acuíferos de la zona y serán esparcidos por el viento en un diámetro superior a 30 Km. por lo que llegará también a nuestro pueblo. El proceso continúa separando la parte sólida de la líquida para obtener el concentrado de uranio. 

En esta operación se abandonan peligrosos residuos, que son motivo de la discusión y rechazo de poblaciones próximas a estas minas, ya que una vez terminada la explotación nos dejaran estos residuos como acostumbran estas multinacionales, recordemos el caso de La empresa sueca Bolidem en Aznalcollar. Hay un cálculo elemental que determina que por tonelada de uranio se generan 3.700 litros de residuos líquidos y cien veces el peso del material obtenido en residuos de radio. Entre esos residuos sólidos se hallan las denominadas colas que contienen uranio, radio 226, radio 222, cromo, vanadio, molibdeno, cobre, níquel, cobalto, hierro y distintos compuestos químicos como ácido sulfúrico, isodecanol, carbonato más hidróxido de sodio, bióxido de manganeso, etc. Lo que se dice una verdadera sopa química y radiactiva, verdadero cóctel amenazante para el ecosistema vigente en el lugar, incompatible con actividades sostenibles ganaderas de la zona o turísticas como el balneario Los compuestos radiactivos poseen una vida media, según sean, de días hasta miles de años. El método de extracción es perverso por donde se lo mire, se dinamitan áreas enormes donde se halla el mineral diseminado, se lleva a la molienda y después, en diques de colas, se realiza la lixividación con ácido sulfúrico para que decante, por filtración o centrifugado. Los contaminantes, producto de la explotación, se componen de gases, partículas en suspensión, residuos sólidos con diferente emisión de radiactividad, y metales pesados. Los efectos ambientales de la explotación y procesos posteriores incluyen: contaminación de aguas superficiales y subterráneas con productos químicos y material radiactivo, drenaje de metales pesados de las escombreras , drenajes ácidos de la mina y de la roca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario