ENTRESIERRASrd | La
concejala de Bienestar Social de Guijuelo, Yolanda Alonso Valderrama y la
alcaldesa pedánea de Campillo de Salvatierra, Rosa Hernández, acudieron a su
domicilio para acompañarla en un aniversario tan especial
Emiliana Ingelmo Martín cumplía el pasado viernes
100 años y sumaba al selecto grupo de centenarios residentes en Guijuelo y su
comarca. Con motivo de tal conmemoración, la concejala de Bienestar Social,
Yolanda Alonso Valderrama y Rosa Hernández, alcaldesa pedánea de Campillo de
Salvatierra, lugar donde ha residido la ‘cumpleañera’ hasta que hace unos años
pasara al cuidado de sus hijos, se acercaban hasta su casa para felicitarla y
entregarle un detalle en presencia de dos de sus hijas.
Emiliana, que puede
presumir de una salud excelente a pesar de su edad, se mostraba muy afable e
ilusionada por haber tenido durante estos días cerca a buena parte de la
familia así como agradecía la felicitación por parte del Ayuntamiento.
La centenaria recibía una carta personal del
propio alcalde Francisco Julián Ramos Manzano, así como un ramo de flores y una
placa conmemorativa que le entregaba la concejala de Bienestar Social. “Es para
nosotros un honor y un placer poder compartir esta fecha con Emiliana, y su
familia”, señalaba Yolanda Alonso Valderrama a lo que Rosa Hernández recalcaba
el valor de los mayores diciendo que “Guijuelo es hoy lo que es gracias al
trabajo duro y el esfuerzo de personas como Emiliana”, añadía.
Emiliana Ingelmo Martín nacía en Aldeavieja de
Tormes un 20 de abril de 1918. Con 30 años se trasladaba a Campillo de
Salvatierra tras contraer matrimonio con Laureano Martín quien fallecía hace
seis años pero cuando ya superaba, también, los 100 años de edad. Ahí nacieron a
sus cuatro hijos: Tere, Loli, Toñi y Pablo. A ellos les criaron “con mucho
esfuerzo y trabajo”, reconoce siendo éste “el trabajo y comer bien” los que
dice son sus secretos para haber llegado a la edad que tiene en tan buenas
condiciones. “Atendía la casa y también las labores del campo, igual ordeñaba
que daba de comer al ganado”, reconocía mientras recordaba cómo era la vida de
antaño en Campillo. Ahora su vida es tranquila, aunque todavía se encuentra con
fuerzas de salir de paseo todos los días y se acuerda de las labores que hasta
hace poco tiempo todavía hacía. “Me encantaba tejer y hacía muchos paños de
ganchillo”, recordaba mientras apuntaba alguno de sus trabajos. Ahora, un siglo
después de su nacimiento, Emiliana ha podido celebrar con su familia esta
fecha. A sus cuatro hijos, dos de ellos viven en Guijuelo, otro en Salamanca y
uno más en Fuenteguinaldo se sumaban sus 10 nietos y sus 11 bisnietos. “Durante
el fin de semana han venido todos a verme”, afirmaba esta guijuelense que ya
forma parte del escaso grupo de centenarias que viven en Guijuelo.
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