ENTRESIERRASrd | Una nueva mirada a otra de las
tradiciones perdidas y que hablan de la religiosidad y el arraigo ancestral de
las gentes de la comarca
© Atanasio Sánchez-Blog Pataloso
Cuando comenzaron mis veranos - y otras temporadas cortas en
Cereceda - empezó mi interés de historiador por las " cosas " del
pueblo.
Desgraciadamente ya
había fallecido Ventura - " la memoria viva de Cereceda " - y tuve
que conformarme con informaciones de Isidro, de Arístides, de Silvestre o de
Agustín, quien fué alcalde durante unos años.
Otros hombres - entre
ellos el juez de paz Argimiro Gómez Marcos - también me ayudaron en los
primeros momentos de " incertidumbre " sobre la historia del pueblo.
Mi decisión de realizar
un trabajo de investigación se veía muy comprometida por la distancia de mi
residencia habitual a Cereceda.
Las palabras de ánimo de
muchas personas hicieron que comenzara esta " aventura" de poner en
un blog - cuya entrada es gratuita - todas las " cosas " que yo
pudiera encontrar sobre el pueblo.
Quiero destacar que unas
mujeres - la señora Encarna, mi tía Luisa y María la cartera - han sido durante
los últimos años de su vida una " fuente " de información.
La palabra que traigo
hoy me la dijo la señora Encarna.
Ella me contó que,
cuando una mujer daba a luz, tenía la obligación de realizar una " acción
de gracias ", que consistía en llevar al recién nacido un día a misa y
entregar al sacerdote un panecillo que se llamaba la oblata.
Era un pan de masa
normal que se doraba por encima untándolo con aceite.
Esta " acción de
gracias " se realizaba siempre después del bautizo " porque el cura
no dejaba entrar en la iglesia a los recién nacidos que no estuvieran
bautizados.Por eso - me decía ella - la pila del bautismo está a la entrada de
la iglesia."
Ese panecillo despertó
mi curiosidad de investigador y me he dedicado a " indagar " en otros
pueblos si tal costumbre era castellana o de otras regiones.
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