
Quien ahora ejerce como presidente de la entidad Familia Salmantina en Asturias-Casa de Salamanca recupera en los quince capítulos de «Apego a la tierra» los siete años de su infancia en la localidad salmantina de Valverde y las impresiones de aquel niño al llegar a la industrial Gijón. Primero a El Llano, luego a la Urgisa y desde 1977 al barrio de La Calzada, al que sigue unido y donde ha desarrollado todas las acciones de su largo y complejo compromiso con la militancia social, sindical, vecinal, política y deportiva. Como indica el escritor e historiador local Luis Miguel Piñera en su prólogo al libro, «la memoria de Cubino es sinónimo de amor, de amor por su pueblo natal y por su Gijón de adopción. Estamos ante un libro de antropología social y cultural. Ante una muestra clara de apego a las raíces, a la tierra que lo vio nacer».
Ese amor de Moreno Cubino tiene dos referencias bien claras en su padre Juan y su madre Benita, cuyo matrimonio en septiembre de 1947 en la iglesia de Valverde -localidad al sur de Guijuelo y al oeste de Béjar- es el inicio de una historia a la que pronto se suman el propio autor y su hermana Obdulia. Ellos están en muchas de las fotografías que ilustran la publicación. Al igual que el abuelo Miguel y la abuela Aniceta o los tíos Miguel, Agustín y Tomás. Pero en este libro, dice su autor, hay más que recuerdos. «Hay un reconocimiento a la tierra como fenómeno latente de vida y de fertilidad, del presente y del pasado. La tierra que los míos araron, sembraron, cavaron y regaron», sentencia Moreno Cubino ya desde su asentamiento en La Calzada.
Para esos familiares propios que se perfilan en su álbum de fotos y para todos aquellos que aún tienen un pueblo al que volver es este libro que Moreno Cubino asegura «persigue nada más que la proyección del deseo espontáneo de sacar a la luz imágenes, rostros y sombras que yacen en mi interior, aun a sabiendas de que a nadie le pueda importar en absoluto».
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