Fotografías : Jesús Fonseca Fraile |
Un año más
los más pequeños de Tamames aprendieron a valorar las viejas tradiciones, y más
cuando se trata de “despertar” a los mayores a golpe de cencerro. El pasado sábado,
al alba y sin viento de levante, más de 20 niños y niñas de la localidad “pucherera”
no faltaron a la cita de la cencerrada, para conmemorar la anciana tradición de
honrar a la Santa Infancia, una curiosa fiesta instaurada por un párroco local a finales de la década de los 40 del pasado siglo.
Tras el
toque de cencerros que hizo del amanecer algo mágico, todos marcharon a la
iglesia a escuchar la misa para acabar con un chocolate caliente en el Casino
de Tamames.
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