domingo, 25 de enero de 2015

Niños y mayores de Tamames vuelven a disfrutar de la tradición de la Santa Infancia

ENTRESIERRASrd | La cencerrada despertó a los vecinos de la localidad pucherera en una tradición que se remonta a la época de la posguerra
En 1948 don Juan Hernández Alonso, entonces párroco de la iglesia de Tamames, instauró en el municipio pucherero una curiosa y peculiar tradición, la festividad de la Infancia Misionera o Santa Infancia, un movimiento cristiano nacido en 1843 y que movía a los más pequeños a convertirse en ‘misioneros’, a compartir la fe y sus medios materiales con otros niños del mundo.
Fotografías : Merche Caballero
El párroco de Tamames tuvo la idea de instaurar la Infancia Misionera pero con sus peculiaridades. La última semana de enero, durante la cual se celebra esta poco conocida fiesta litúrgica católica, don Juan se dedicaba junto a sus monaguillos a marchar de casa en casa con una campana para llamar a los niños y que acudieran a misa, donde niños y niñas eran ‘recontados’ en una competición de asistencia, recibiendo un premio el grupo que más integrantes había logrado reunir. Era una forma divertida y sencilla de ‘empujar’ a los niños a asistir a misa.
Desde entonces la idea, seguramente en su versión más folklórica, fue calando año a año en las generaciones del pueblo que fueron manteniendo, de mejor o menor manera, esta tradición de la llamada de campana a la Santa Infancia. Eso sí, aquella pequeña esquila pasó a convertirse en cencerro y la cencerrada fue adoptada también como una fiesta más para los mayores.
Desde entonces, como decimos, cada 25 de enero, festividad de la Infancia Misionera o Santa Infancia, o en sus días aledaños pequeños y mayores de Tamames salen al amanecer, en noche cerrada, para celebrar esta folklórica cencerrada. El pasado viernes fueron los niños los que despertaron a los vecinos a golpe de badajo y metal mientras que ayer sábado fueron los adultos los que, muchos de ellos recordando su infancia, desfilaron por las calles del municipio en una santa compaña de sonido y tradición.
Tradición por cierto, que finaliza con chocolatada, pues bien saben los que saben que enero no es tiempo para andar a la intemperie del Campo Charro y las Quilamas.



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