viernes, 4 de marzo de 2016

Fallece Pilar Magadán, referente del folklore salmantino

ENTRESIERRASrd | Fue una de las grandes estudiosas de la música tradicional de la provincia
El mundo de la cultura está de luto en la provincia tras el fallecimiento en las últimas horas en Salamanca de la musicóloga Pilar Magadán Chao, persona clave para conocer mejor la vida y obra del insigne Don Dámaso Ledesma Hernández. Pilar Magadán, gran estudiosa de la música tradicional salmantina, fundadora de la Escuela de Instrumentistas Populares de la Universidad de Salamanca e integrante desde su fundación del Centro de Estudios Mirobrigenses, entre otros méritos.
Magadán, como gran estudiosa de los sonidos tradicionales de la provincia de Salamanca, era muy conocida en las comarcas serranas, especialmente en la localidad de Candelario, donde pasaba largas temporadas y donde "se ha sentido profundamente su pérdida".
En el año 2006 Pilar fue nombrada pregonera de las fiestas patronales de Mogarraz y qué mejor manera para rendirle homenaje que rescatar sus palabras de entonces, vigentes entonces y por siempre. Que su legado permanezca.

"Lo sencillo es la fina gota de agua que cae de la nube"

PREGÓN. MOGARRAZ, 4 de agosto de 2006 Pilar Magadán Chao

Vecinos y moradores de Mogarraz; visitantes, «hermosas gentes» que vais de paso por este armonioso rincón de la Sierra de Francia. Amigos todos:
¡Se hace «sabel»!, como diría nuestra querida Sole, la inolvidable alguacila de Mogarraz … «Se hace sabel» que Mogarraz está en Fiesta, porque lo está su Patrona, la Virgen de la Nieves y por Ella, para felicitarla, cantaremos y bailaréis gozosos.
Haremos música de Mogarraz, música de raíz que ya mi maestro, el Dr. Aníbal Sánchez Fraile, buscó y encontró aquí, y quiso, sabiamente, transcribir de sus informantes mogarreños que, allá por los años 1940-41, cantaban con natural maestría y así aparecen relacionados en el Nuevo Cancionero Salamantino de D. Aníbal, editado en 19431: las ramajeras danzadoras de «Las Nieves, 1939»; el sacristán Horacio de Blas; Antonio Sánchez, Amparo Cascón, Isabel González, Francisca y Hortensia Iglesias, de las que tuve el privilegio de aprender, tras escucharlas en 1973-74. Juana Hernández y un coro de niñas, niñas entonces, cuando se cantaba «a toda hora», entonaron para dicho Cancionero once canciones
infantiles, en romance y en versos dodecasilábicos preciosos. Esas niñas eran:
Consolación Martín, Josefa Parra, Cruz y Juanita Inestal, Teresa Sánchez, Agustina Rodríguez, Teresa Losada, Ana María Calvo, Consuelo Murciano y María Paz Cascón.
Toda esa nómina de hijos de Mogarraz colaboró en aquel delicado momento (1939-40-41) con el Doctor D. Aníbal Sánchez Fraile, en un intento de «retener identidades», a punto de perderse ya, en aquellas fechas. Cantemos, pues, todos cuando llegue el momento. Será una bella forma de colaborar con nuestra Peña Virgen de las Nieves en su noble tarea de enaltecer al pueblo que se cobija bajo el manto de su Patrona ¡Qué atrevimiento, por mi parte, estar aquí para pregonar la alegría de esta Fiesta!
Ser pregonera en Mogarraz le plantea a cualquier mujer un conflicto de competencias, no solo con vuestra campana «al vuelo», a la que el Dr. Eugenio Cascón Martín, mi antecesor inmediato en esta honrosa «comenencia» del Pregón, la considera «mujer de figura y alma»… y «gran pregonera, con vibraciones que encierran susurros…». No es solo eso: no es solo con la «Mujer-Campana» de la bella metáfora de Eugenio Cascón. La competencia se establece también con la más
sabia, con la más bella y elegante pregonera que ejerció en Mogarraz durante tantos años. Sobre ella dejó escrito el ilustre mogarreño dapié, D. Eufemio Puerto Cascón: «Soledad Cascón Rosellón fue una grandísima actriz, que interpretaba con gallardía y naturalidad, y transmitía…saber y emoción… Lástima de actriz profesional perdida…»
En efecto, a la «Sole», a Soledad, la hemos perdido como actriz y como cantante profesional, pero Mogarraz ganó para sí a una «Sole» hermosa sin afeites, con elegancia natural en su tradicional indumentaria, en su voz, en sus ademanes. Con sabiduría honda, antigua, infinita... Sabiduría sin resabios académicos, de la que
tanto aprendimos los que hemos tenido el privilegio de conocerla.
Es la sabiduría que he encontrado siempre en las personas de Mogarraz que intento recordar hoy, en agradecimiento a tanto como me han enseñado. No puedo olvidar al venerable ex sacristán, mi querido Sr. Gerardo Martín Barés, que, según D. Eufemio Puerto, «bordaba, en sus tiempos, cualquier papel en las obras de teatro»3. Del Sr. Gerardo recogí impagable información literario-musical
y, sobre todo, testimonio de su finísima sensibilidad y grandeza de espíritu. Fue un ser ciertamente excepcional, que deja huella para siempre.
No olvido tampoco la elegancia, la seriedad y profesionalidad del orive, Moisés Rosellón Cascón, cualidades heredadas por Teresina, su hija, con arrestos para transmitírselas a sus hijos Ángel y Manuel, orives mogarreños, aquí entre nosotros…
No es poco: Ángel y Manuel, Manuel y Ángel, mantienen la identidad profesional familiar y localista. ¿Hay algo mejor que reunir, en una pequeña colección, joyas tradicionales, elaboradas por abuelo y nietos? Pues Mogarraz lo ha conseguido y Voces Blancas Salman-tinas, en menor medida, también. Con orgullo las lucimos aquí, hoy, en las Nieves: botones, hebillas, broches… de  abuelo y nietos. Se lucen las preciosas hebillas de plata que rematan los zapatos «de oreja y hebilla», realizados artísticamente en 1975 por José y Agapito Hernández Iglesias. Últimamente, en 2005, Agapito elaboró, en tela adamascada color carmesí, otro par de zapatos, cuya perfección es difícilmente superable. También se lucirán los grandes collares de «bollagras» y «carretes». Algunos salieron en 1976 de las manos de otro orive mogarreño, Nemesio Criado de Blas.
Otro hermano, Hernández Iglesias, alias «Poldo», realizó preciosos botos camperos charros y borceguíes, de la comarca de El Rebollar, para José Ramón Cid Cebrián, compañero en el Centro de Estudios Mirobrigenses, del que es vicepresidente y compañero, y también en Voces Blancas Salmantinas, del que pronto será corresponsable junto con Manuel Barrios, Pedro Rodríguez, Ana Teresa Sánchez
Boyero, Sofía Paradinas, María Luz Cembranos, etc. Y ¿cómo olvidar a la siempre sorprendente Sra. Adela Núñez y sus preciosos cuentos y canciones? Espero que los haya heredado su hijo, Manolo Parra Núñez, maestro de baile serrano, siempre generoso, siempre caballero. La Sra. Flora Maíllo transmitió también más «cantares y decires…». Su hija, inolvidable, Alfonsa Herrero Maíllo, restauró con maestría infinita la «ruina» en que se había convertido este traje de Vistas (a), arrinconado en un «sobrao» de Mogarraz. Alfonsa realizó el milagro, allá por los años 1977-78.
Alfonsa y la, también artista, albercana Sra. Francisca Becerro reprodujeron entre 1975 y 77, con materiales más o menos actuales, este otro traje de Vistas (b), correspondiente a esa ceremonia, LAS VISTAS: rito Prenupcial reconocido, ya en el siglo XV, por Juan del Encina, como vigente en los pueblos de las serranías salmantinas. Recientemente se pudo complementar esta indumentaria, añadiendo otra prenda tradicional: la «mantita», primorosamente realizada por otra «labrandera» mogarreña, Juanita Criado Puerto, como réplica a la prenda recuperada en el «sobrao» citado anteriormente.
Juan del Encina, desde su villancico «Ya soy desposado», relata la ceremonia de las Vistas, en diálogo entre amo y pastor Mingo:
– Amo: ¡Qué diste a las Vistas!
– Mingo: La Vista primera, alfarda con listas y laxa y gorguera
……………………………………………….
– Amo: aburre los celos, tenla «repicada»
– Mingo: Sobarbas y velos; camisa labrada de estopa delgada, nuestr´amo ya soy desposado. Camisa labrada, por buena «labrandera», se entiende, es, sin duda, nuestra camisa «galana» femenina. Solo en Mogarraz he sido capaz de encontrar, allá en los años 1973-74, el arte y el entusiasmo precisos para restaurar, primero, y reproducir, después, tan histórica prenda, que pude adquirir con dificultades y mucho tiempo.
...Y fue una «labrandera» de excepción, Conchita Criado Criado, la que consiguió lo que hasta entonces no se lograba alcanzar. La creatividad de Conchita Criado no le permite repetir modelo, por lo que cada obra suya es un portento de variedad dentro de la armonía del bordado tradicional salmantino, que muestra en Mogarraz signos evidentes de peculiaridad.
La escuela artística de Conchita y de sus primas Juanita y Aniana Criado radicaba, como en el caso de cualquier mogarreña, en el corazón de su hogar. Fueron las madres, por lo general, el hilo conductor de ese saber. Pero en esta familia me atrevo a señalar un hito que creó un impacto especial: Jerónima Matea Criado, tía de Conchita, de Juanita y de Aniana. Matea... Matea y su silencio concentrado... Matea y su búsqueda contemplativa, quieta e imparable a la vez, búsqueda de la perfección. No hay tiempo para un análisis del simbolismo oriental precristiano de cada uno de los motivos de flora y fauna, característicos del bordado serrano. Pero, al pensar en Matea, la asocio siempre a la infinita perfección que conseguía para el misterioso pelícano y su escorzo, tan complicado de resolver.
Mi admiración, en este caso, se une a la del escritor abulense José Jiménez Lozano, que desde su Guía Espiritual de Castilla se sorprende al encontrar en las pinturas bajas del ábside de lo que él llama «ermitilla», en San Baudelio de Berlanga (Soria, siglo XI), «un ¿ibis? o un ¿pelícano?... pintado bajo la ventanita abocinada ... con el
escorzo del ave sagrada del antiguo Egipto, acentuadamente dibujado...»
Y mi admiración ante el escorzo «acentuadamente dibujado», también en el bordado de Matea, se vuelve interrogante para mí. ¿Cómo llegó hasta aquí «el ave sagrada del antiguo Egipto», en esa versión tan anterior a su simbolismo eucarístico, es decir, al pelícano sacrificándose a sí mismo por alimentar a sus polluelos...? La presencia de este orientalismo mediterráneo (?) nos ofrece ya la razón de esa sabiduría honda, antigua, infinita... que encontramos en nuestras gentes.
Y sigo preguntando: ¿de dónde procede la genialidad de «Flores», Florentino Martín Luengo, el tallista que desde sus maderas retrató en la puerta de su casa a la Virgen de la Peña de Francia y al pie de la misma talló, también, su verso octosilábico, ingenuo y sabio?:
No la estropees, por Dios, que la Virgen es SAGRADO
quien estropea obra de arte es que está mal educado.
¿Quién nos explica que Lorenzo Sánchez, alias «Titón», para el que «tocar el tamboril y la gaita es como coser y cantar», cultive, además, una especie misteriosa de cebollas con las que cura dolencias a las que la ciencia médica no llega a veces? Y su artístico sucesor al tamboril, Tomás Pérez, alias «Tito». ¿De dónde recibe ese
soplo «quasi divino» que le impulsó en su adolescencia a arrancarse a bailar (lo viví y doy fe) con la fuerza del inolvidable Maúro de Mogarraz, heredada también por su genial biznieto Arturo López Caño...?
Los mogarreños sabéis bien el honor que esta comparación y esta herencia significan. Y también lo saben los más de veinte trofeos que Tito y su hermana Mary, casi sin proponérselo, han conseguido gracias al arte indiscutible de su baile serrano. Y lo confirman también los aplausos y premios recibidos por Arturo López Caño, el biznieto de «Maúro».
¿Quién nos da contestación a tanto interrogante?... Hay una frase-síntesis de la doctrina filosófica del francés Jean-Marie Guyau (1854-1888) que creo resuelve nuestras incógnitas. Dice Guyau: «Lo sencillo es la fina gota de agua que cae de la nube, y que ha necesitado para formarse todas las profundidades del cielo y del
mar...». Pues mira por dónde, yo llegué a Jean-Marie Guyau, y a la síntesis de su pensamiento, de la mano de una mogarreña, Juanita Cascón Maíllo, que me habló tanto de su tesis doctoral sobre este filósofo, tesis doctoral no defendida «amoris causa», ya que su dedicación a la familia retarda su lectura.
... «Todas las profundidades del cielo y del mar» fecundan esos valores aceptados, tan mogarreños, que sacrifican de momento un honor académico, en aras de un infinito amor filial.
... Pero esas mismas «profundidades del cielo y del mar...» se precisan y convergen en el milagro de nuestro pintor mogarreño, ya universal, Florencio Maíllo.
Florencio hizo descansar temporalmente sus pinceles para convertir el contenido de un viejo arcón olvidado en un científico trabajo sociológico-etnográficoartístico: 2.974 fotografías salvadas para su Tesis Doctoral, defendida el pasado quince de junio en la Universidad de Salamanca. Su tesis, Identidades Perdidas, trata de los días previos a la emigración, que desde 1962 vació de gente joven a tantos pueblos de esta comarca. Identidades Perdidas sorprendió al Tribunal, que la calificó con Sobresaliente Cum Laude, nada menos. Nuestro laureado pintor y profesor, hoy ya Doctor, regala al pueblo su escultórico memorial: el monolito Memo-rias de esta tierra, que es una síntesis artística, sugerente, de un momento
crucial, decisivo para la Sierra de Francia.
En esta comarca, pocas fechas atrás, se cantaban alegremente fandangos como el que Horacio de Blas y Antonio Sánchez le dictaron a D. Aníbal, para el Nuevo Cancionero Salmantino de 1943:
Eres clavel del Oriente que te mantienes de olor
Yo me mantengo de verte, prenda de mi corazón.
Mogarraz está en Fiestas, amigos. Y bien puede estarlo, porque lo está su Patrona, la Señora de las Nieves, pero, también, porque tantos mogarreños comprometidos cavilan y escriben con sus vidas, con la pluma, o con ambas cosas, para que la Historia de su pueblo brille por siempre.
El que desee conocer esta Historia a fondo que se acerque al trabajo de un investigador ilustre, Argimiro Calama y Rosellón, y lea La villa de Mogarraz y la fundación Juan Antonio Melón, otro ilustre mogarreño. Esta obra de Argimiro Calama está preciosamente escrita y documentada; fue editada en dos volúmenes en Madrid, 1992. Desde el año 2004 Mogarraz se asoma al mundo gracias a otro libro singular, ejemplo de colaboración «codo a codo»: Mogarreño dapié, de Eufemio Puerto Cascón. Se trata de escritos inéditos de D. Eufemio, reestructurados, catalogados y dispuestos para su publicación por el Presidente de la Peña Virgen de las Nieves.
Ramón Hernández Martín realizó un arduo trabajo para el que buscó y pudo encontrar inestimables ayudas en los terrenos familiar (Afonso Puerto y Visitación Cascón) y lingüístico (Eugenio Cascón Martín y Julián Burgos). Y una especial ayuda y colaboración de Conchita Criado Criado que, según palabras de Ramón, «supo también poner en mis manos todo lo que poseía al respecto, dada su amistad y devoción por D. Eufemio...».
Mogarreño dapié, libro hermoso y sencillo como cada una de las personas recordadas en este pregón, que se «ha pasado» de extenso por muchas cosas, pero sobre todo por el intento de llegar razonadamente a definir lo sencillo, con las palabras de Guyau, el filósofo francés, al que entre todos ya hemos hecho un poco
mogarreño. Él nos dijo algo que nunca debemos olvidar: «Lo sencillo es la fina gota de agua que cae de la nube, y que ha necesitado para formarse todas las profundidades del cielo y del mar...». Gracias, muchísimas gracias.
Pilar






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