ENTRESIERRASrd | Una
mirada al histórico pantano de Santa Teresa, elemento vertebrador de la región
Por su volumen de 496 millones de metros
cúbicos, el embalse de Santa Teresa es el segundo más grande (después del de
Riaño) de todos los que el Estado ha construido en la cuenca del Duero.
Vertebrando y dividiendo el antiguo Campo de Salvatierra, cumple una misión
fundamental en la regulación del río Tormes.
La presa que lo forma fue terminada en el año
1960 y es de las llamadas de gravedad en planta recta con una altura de 60
metros sobre la cimentación y una longitud superior al medio kilómetro. Está
dotada de cinco compuertas capaces de aliviar, en conjunto, 2.050 metros
cúbicos por segundo, lo que produce un espectáculo visual espectacular las
escasas ocasiones en las que se precisa abrir las compuertas simultáneamente.
El embalse de Santa Teresa permite el riego de
unas 65.000 hectáreas, además de garantizar el abastecimiento de agua potable a
numerosas localidades, entre las que se encuentra la ciudad de Salamanca. En
sus aguas claras y frías está permitida la práctica de una amplia variedad de
deportes náuticos, incluyendo la navegación a motor.
Fuera del embalse se encuentra la localidad de
Salvatierra de Tormes, una de las que se expropiaron en su día para la
construcción y que está siendo, en la actualidad, objeto de un plan de
recuperación en el que participan diversos colectivos y administraciones públicas.
El futuro de Salamanca
El proyecto (como otros muchos proyectos
hidráulicos españoles del siglo XX) tiene sus orígenes en la Segunda República.
Fue el Diputado Liberal-demócrata por Salamanca Filiberto Villalobos, natural
de Salvatierra de Tormes, quien abanderó las iniciativas a este respecto ya
desde al menos 1931. En unas declaraciones a El Liberal realizadas en julio de
1933, a propósito de su visita a la cuenca del Duero, Indalecio Prieto,
Ministro de Obras Públicas, se refirió al proyecto de este pantano (entonces denominado
de La Maya) sobre el río Tormes diciendo que «puede suponer una transformación
fundamental, agrícola y socialmente, de la provincia. Con él podrán quedar
resueltos casi todos los problemas que en el campo salmantino han adquirido
últimamente cierto tono de angustia dramática» Fotografías
: Montejo de Salvatierra web
Finalmente, y tras la primera fase de posguerra,
el proyecto para el nuevo pantano de Santa Teresa se redactó en 1954. Las obras
se demoraron hasta el año 1960. Este
embalse tuvo un momento crítico en noviembre de 1963 al sufrir una gran crecida
de agua del río Tormes que se sumó a una serie de problemas con la apertura de
las compuertas, los cuales finalmente se pudieron solucionar a tiempo. De no
haber sido así el agua hubiese rebasado el muro de la presa y posiblemente el
embalse hubiese reventado llevándose por delante Alba de Tormes o parte de
Salamanca en una situación que ya se había dado unos años antes en el pueblo de
Ribadelago.
Paraíso para pescadores y deportes
acuáticos
Sus 1.853 kilómetros cuadrados y sus orillas,
con una longitud de costa de 100 kilómetros, constituyen un lugar de ensueño y
devoción para los deportistas de la caña y el sedal: bogas, carpas y barbos
hacen las delicias de los cientos de pescadores que lo frecuentan. Aunque los
expertos aseguran que se puede utilizar cualquier estilo para pescar en las
aguas del río Tormes, también recomiendan el sedal pesado, conocido como “cola
de rata”. En todo caso, la principal característica es la paz que se descubre
en cada rincón de este espacio.
En la actualidad el pantano de Santa Teresa
tiene su propia Mancomunidad comarcal formada por 23 pueblos: Aldeavieja de
Tormes, Arapiles, Beleña, Berrocal de Salvatierra, Buenavista, La Cabeza de
Béjar, Encinas de Arriba, Fresno Alhándiga, Fuentes de Béjar, Guijo de Ávila,
Martinamor, La Maya, Miranda de Azán, Montejo, Monterrubio de la Sierra,
Morille, Mozárbez, Nava de Béjar, Pedrosillo de los Aires, Pizarral,
Salvatierra de Tormes, Sieteiglesias de Tormes y Valdemierque.
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