ENTRESIERRASrd | Un año
más miles de devotos se dan cita en el Santuario del Cristo de Cabrera en Las
Veguillas en su día grande
El Campo Charro, ese mar de tierra y encinas que
vertebra el sur de la provincia, tiene sus santos, santas y divinidades
particulares, cada cual arrimada a un otero, a una vega o a un 'cueto',
conformando un calendario litúrgico que bien pudiera valer, si los cielos
entienden de turismo, para socorrer vía peregrino a los deprimidos
(económicamente hablando) pueblos de la región.
Pero entre toda la marabunta de devociones particulares
y personales, es el Santo Cristo de Cabrera, el del encinar de Las Veguillas,
el que se ha alzado por encima de todos como patrón omnisciente del Campo
Charro. Símbolo y robustez de otros tiempos, patrón de ganados y bellotas, el
recio Cristo de Las Veguillas tiene en el 18 de junio su fiesta grande, a la
que miles de salmantinos (muchos de ellos solo pisan estas tierras este día)
acuden en populosa romería a rendir culto.
La noche del 17 al 18 de junio las carreras que
llevan a Cabrera se llenan de sandalias y de promesas, de tradición arraigada
de generación en generación. "A mí me traía mi abuela de pequeña",
comenta una de las romeras que este sábado han acudido al besapiés del Cristo.
"Y vengo con mis hijos para que continúe la tradición. Es un día de
fiesta. Un día para los salmantinos".
Más de 12.000 devotos se dieron cita en la
sagrada finca de Las Veguillas este sábado, un hervidero de gente que poco a
poco ha ido pasando bajo la figura del Santo Cristo. Misa campestre, procesión
del Cristo y tamborilero; un cocktail que cada año remueve ingredientes en este
caldero de fe, liturgia y folklore, de almendra garrapiñada y buen ambiente.
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