miércoles, 12 de octubre de 2016

La patata del 12 de octubre

ENTRESIERRASrd | Una mirada a la patata otoñal por excelencia, la patata fina, ingrediente principal en las mesas de fiesta y familia durante el invierno
Las patatas finas están muy cotizadas, rondan los 3 euros el kilo. Si lo valen, que lo juzgue el paladar o los riñones que ponen casta para sacar el fruto a la tierra.

Las patatas, bien se sabe en la comarca, sustituyeron como  principal alimento del día a día a las castañas. Pudiera decirse que, cuando Colón trajo aquella fécula del Nuevo Mundo, los castaños respiraron aliviados sin saber el destino que les esperaba.
La patata fina tiene una textura suave, rica. Es patata de Entresierras, de Quilamas y Campo Charro, de Los Santos, de Escurial, de Navarredonda de la Rinconada.
Desde allí, hace algunas décadas, partían camiones fondones cargados de patatas camino de las estaciones más cercanas. Durante un tiempo, toros, universidades y lazarillos aparte, no todos saben que Salamanca fue el "patatal de España".
La patata fina es una patata tardía, quizás porque viene ya a contracorriente del tiempo y va rápido a ponerse el traje antes de que vengan las heladas. Se recoge en las primeras mangas de octubre y su producción es delicatassen de este mes porque no se siembran a puñados, sino en pequeñas cantidades, para todos aquellos que prefieren que la verdura no tenga sabor a tela de saco sino a tierra mojada.
Esta patata es la de los días de fiesta, de este 12 de octubre sin ir más lejos, que huele a caldero, a lluvasco y brasero, que es lo mismo que decir, por estos páramos, que huele a patria.
Antaño la patata fina se comía por primera vez después de su cosecha en la cena de Todos los Santos. Eran otros tiempos y otros climas. Luego, andando el tiempo y ya puesta en saco de conserva, era plato principal en Nochebuena, en el día de Matanza y en las comidas o cenas con familiares y amigos.

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