ENTRESIERRASrd | La
Diputación y la USAL trabajan en la recuperación y puesta en valor de la
antigua 'Comarca de la Calería'
Muchas comarcas de Castilla y León contaron con
pueblos caleros. En Valladolid, Iscar, en Segovia, La Fresneda y sobre todo,
Vegas de Matute, la localidad que contribuyó con su cal, elaborada en las
caleras de El Zancao, a levantar el Escorial.
Y en Salamanca, la comarca de la cal fue tan
notable en esta actividad que cobró el nombre del producto que exportaba: La
Calería. Y en la comarca de la Calería, el mayor protagonismo fue para Escurial
de la Sierra y, especialmente, Linares de Riofrío, el principal centro calero
salmantino.
En Linares, hasta el barbero hacía cal; y esto
ha sido confirmado por el propio barbero linarense: Fermín de la Iglesia, que
como los demás jornaleros de la localidad, se veía obligado a realizar durante
una parte del año unas cuantas hornadas de cal en alguna de las numerosas
caleras que utilizaban los jornaleros caleros .
Como oficio de gente pobre, la elaboración de la
cal, conllevaba un exigente espíritu de sacrificio y una menguada remuneración.
Comenzaban los trabajos caleros con la extracción de piedra blanca a golpe de
pico en la cantera; continuaba con la carga de la piedra a lomos de mulos y
pollinos y, finalmente, el encañado de la piedra, formando una falsa bóveda, en
el horno excavado en la tierra, y el encendido de la leña cargada en su
interior, hasta alcanzar unos 1.000º C.; luego, a esperar y vigilar el fuego
durante los tres días preceptivos, al pie del horno incandescente, hasta
conseguir la completa calcinación y transformación química de la piedra que,
perdiendo la humedad, se convertía en cal viva, una materia fraguante que daba
consistencia casi eterna a los muros y que hoy ha sido desplazada por el
cemento industrial. Desde luego que hoy ya no quedan caleros, solo recuerdos de
un esforzado trabajo que sólo la necesidad hacía creíble que pudiera llevarse a
cabo. Sentados en un banco, en Vegas de Matute, a la sombra del verano, Mariano
Barreno y Eugenio Moreno evocan aquellas jornadas con el pollino cargando leña
en el monte para la combustión en las caleras o picando piedra en las canteras
de roca caliza y transportándola para luego encañarla en los hornos.
La Diputación
de Salamanca y la Universidad de Salamanca trabajan estos días en el proyecto
para recuperar y poner en valor la antigua Comarca de la Calería, que abarca
los municipios de las Quilamas: Navarredonda, Escurial, Linares y Rinconada.
-
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar