viernes, 13 de octubre de 2017

El que en sementera se duerme…

ENTRESIERRASrd | Arrancando el otoño, es tiempo de siembra, oficio que también va quedando en un añorado rincón del desván de los olvidos
El que en sementera se duerme , dormido se queda. Así lo dice el dicho y por tanto será verdad verdadera.
Y es que cierto era que si el paisano no se espabilaba en la siembre, pasaba el tiempo y "se metía el agua" y entonces ¡ay! adiós a la siembra, con las consecuencias escalonadas que se imaginan: sin siembra, no hay recogida de grano, sin grano no hay yantar para el ganado y sin ganado y sin trigo, decía otro refrán, no hay que valga molino.
Ni pan.



De modo que no es cuestión de dormirse en la sementera y ahora que viene octubre atizando otoños, los campos se surcan de gentes y yuntas, primero "estercando" la parcela y arando los campos luego, sembrando después, lo que tercie el año o la barbechada, trigo, algarroba, centeno…
El día anterior, el trigo se sacaba de las paneras, donde durmió la buena siesta del verano, haciendo montón con el grano de siembra en el sobrad, para "curarlo" con "piedralipe", que también llamaban en otras landas el "vitriolo azul", por su color de tal, la "piedralipe" se marchaba y se deshacía en agua, con la escoba del año o zacilio, ya vieja a ser posible, se rociaba.
Y es que no había mejor "mata bichos" y que "otros bichos" no lo comiesen en la tierra y evitasen que pariese la simiente. Tras echar el pesticida, los muchachos (siempre había alguno al que agarrar del pescuezo y tirar de él con la obligación) abrían el costal donde se echaba el trigo.
Por las mañanas tempranito, a son de herraduras, ponían sonido al "pelegrino de yuntas" que iba al campo, se sembraba la hoja que no estaba guardada.
A la hoja se llamaba al término de cada pueblo, cada año se sembraba un término y dejaban descansar la tierra del otro término , así la tierra estaba descansada y el fruto era de mayor calidad y cantidad.
Y talega al hombro llena de trigo, a golpe de brazo y puño abierto (que bien vio el comunista que esto le servía de buen símbolo) el grano se repartía tierra y tierra abajo, donde el gañán con la yunta iba detrás haciendo el surco y tapando el grano.
Así sembraba quien no se dormía a destiempo.

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