sábado, 22 de marzo de 2014

Un diácono horneado en los pucheros de Tamames

Noticia : Ciudad Rodrigo al Día
El joven Anselmo Matilla Santos, natural de Tamames, fue ordenado diácono –uno de los pasos previos a la Ordenación Sacerdotal- en la tarde del domingo en la Catedral de Santa María de Ciudad Rodrigo. La Seo mirobrigense se llenó hasta los topes de familiares y amigos del joven, entre los que estuvieron todos los alumnos y profesores del Seminario Diocesano de San Cayetano de Ciudad Rodrigo y del Teologado de Ávila, centros donde se ha formado Anselmo Matilla.
Asimismo, también asistieron numerosos vecinos de su localidad natal (que se desplazaron hasta Miróbriga gracias a la colaboración de la Corporación Municipal de Tamames), y de las localidades en cuyas parroquias ha colaborado o colabora actualmente Anselmo Matilla.
La celebración, que tuvo una duración de hora y media, fue presidida por el Obispo de la Diócesis Raúl Berzosa, quién estuvo acompañado del Obispo emérito de Sigüenza-Guadalajara, José Sánchez, y de la práctica totalidad de sacerdotes del presbiterio diocesano.
Como es habitual en este tipo de celebraciones, Anselmo Matilla inició la Eucaristía junto a su familia. Una vez tuvo lugar la lectura del Evangelio, el Rector del Seminario Juan Carlos Sánchez fue el encargado de presentarlo. En ese momento, el Obispo de la Diócesis Raúl Berzosa pronunció su homilía, que evidentemente estuvo centrada en el paso al diaconado de Anselmo Matilla.
Berzosa destacó que se trataba de un día “muy importante para la Diócesis y para la Iglesia en general”. Tras explicar a todos los presentes en qué consiste la tarea del diaconado, Berzosa expresó a Matilla que no tuviera miedo: “el paso que vas a dar hacia el presbiterado merece la pena, que nadie te robe la ilusión y la esperanza”.
Como consejo, le indicó que sea diácono día a día “con el estilo que nos viene marcando el Papa Francisco”. Según reveló el propio Berzosa, el Sumo Pontífice le hizo entrega durante su reciente estancia en Roma de un rosario bendecido que tenía a Anselmo Matilla como destinatario.

Como mensaje al resto de seminaristas con los que cuenta la Diócesis (30 menores y 3 mayores, incluyendo a Anselmo Matilla), Berzosa manifestó que espera que “el testimonio de Anselmo os anime a seguir adelante”, recordando unas palabras que dijo el nuevo diácono durante la Vigilia de Oración que se celebró en la tarde del sábado en el Seminario: “merece la pena seguir adelante porque merece la pena seguir a Jesús”.
A continuación tuvo lugar el rito propio del paso al diaconado de Anselmo
Matilla, incluido su postración en el suelo mientras se invocaban a todos los santos. Tras recibir los hábitos propios del diácono, el Obispo le hizo entrega del Evangelio y pasó al presbiterio del altar para continuar con la celebración eucarística. Durante la misma tuvo un protagonismo destacado su familia: su hermano Adrián leyó la segunda lectura, mientras que sus padres acercaron el pan y el vino al altar.
En el tramo final, Anselmo Matilla ya repartió la comunión. Como cierre de la misa, el nuevo diácono tomó la palabra para mostrar su agradecimiento a todos los que habían hecho posible que hubiera llegado hasta ahí, empezando por Dios “por haber depositado en mí el Ministerio del Orden Apostólico”.
Durante ese listado de agradecimientos tuvo cariñosas palabras por ejemplo para el Obispo de la Diócesis, Raúl Berzosa (“desde que llegó a la Diócesis ha sido un verdadero padre, siempre pendiente de mí”), o para el rector del Seminario, Juan Carlos Sánchez (“no sólo un padre, también un amigo”).
Asimismo, tuvo una mención especial para sus padres, “que no me pusieron ninguna pega cuando les dije que quería entrar en el Seminario Mayor”, y para su hermano gemelo Adrián, “un pilar fundamental en mi vida”.
Respecto a su paso por el Seminario de San Cayetano y el Teologado de Ávila, apuntó, haciendo alusión a la tradición ceramista de Tamames, que “habían sido como 2 talleres de cerámica donde se ha ido moldeando este puchero siguiendo las instrucciones del alfarero, Dios”.
Sobre los actuales alumnos del Seminario de Ciudad Rodrigo (donde Anselmo Matilla da clases de Latín), apuntó que “de todos aprendo algo cuando vengo”, mientras que de los compañeros del Teologado dijo que son “el pelotón sin el cual el ciclista no puede seguir adelante”. Especial mención tuvo para Miguel Ángel y Efraín, los otros dos seminaristas mayores de Ciudad Rodrigo: “son dos pilares básicos en mi vida diaria”.
En el tramo final de su intervención, dio también las gracias a Dios por su parroquia y su pueblo, mencionando al párroco Don Ernesto, y a la Corporación Municipal de la localidad, por facilitar la asistencia de personas a la ceremonia. De igual forma, dio las gracias a las parroquias del Campo de Argañán donde estuvo el curso pasado, y las del Campo Charro donde está este año. Según apuntó Anselmo Matilla, “con cada uno de vosotros, el Señor me ha ido guiando por el camino de la vocación”.
Concluida la celebración en la Catedral, se sirvió un vino español en el Seminario Diocesano.
La ordenación como diácono de Anselmo Matilla tuvo lugar en un día especial, ya que la Diócesis celebró durante la jornada del domingo el Día del Seminario 2014.

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