ENTRESIERRASrd | 'Gatos' y 'Gatas' se festejaron este lunes con una fiesta
patronal llena de alegría y nostalgia
© Atanasio Sánchez - Pataloso Tras dos semanas de
lluvia, este lunes, como anunció el pregonero, "las nubes se irán rodando,
lucirá, al fin, el sol". Y como un agüero de buen presagio se cumplió la
máxima de San Marcos y Cereceda disfrutó este 25 de abril de su fiesta de
primavera en honor al Santo Evangelista.
Un pueblo, apellidado por muchos "de la
Sierra", pero con espíritu de Campo Charro, de arrieros y pastores de
ganado, que lleva el alma al ralentí "enfermo de nostalgia y de
silencios", como tantos otros, pero que en los días señalados en el
calendario, aquellas que llamaban las "fiestas de guardar" se
despereza de su monotonía y se llena de vida, con mozos y mozas en el baile,
vecindario puesto guapo al calor de la misa, de la procesión y del ofertorio.
Aunque siempre, a pesar de la pequeña multitud,
se echa en falta "un pueblo lleno". Como en aquellos tiempos… Cada
año un grupo de jubilados, que gastaron muchos años de su vida lejos de
Cereceda, acuden a la Fiesta grande de su pueblo y se unen al reducido número
de vecinos que lo habitan durante todo el año.
El pasacalles de El Mariquelo con la gaita y el
tamboril, el repique de las campanas, los cohetes y, este año, un recorrido
especial de la Procesión con la imagen de San Marcos, devolvieron la vida al
municipio. También el convite, a cargo del Ayuntamiento en la antigua Escuela
de los Niños, rememoró ecos del bullicio
infantil y a muchos los devolvió a los años felices de la niñez.
Como escribió Marcos el año pasado "es un
día de fiesta y de nostalgia, pero también de esperanza. Y es que mientras San
Marcos salga en procesión y haya ofertorio en la plaza, Cereceda seguirá viva,
enferma y herida, pero viva".
Fotografías : El Mariquelo, José
Luis Domínguez, Constantino González
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