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centenar de jóvenes voluntarios madrileños acogidos en el Monasterio de El
Zarzoso alegran la parroquia y pueblo de Mogarraz
© Esteban Díaz Merchán Este pasado sábado 29 de julio un grupo de
chicos y chicas provenientes de Madrid participaron en una jornada de
intercambio en el pueblo serrano de Mogarraz.
Este medio centenar de jóvenes
provenientes de la Parroquia de la Santísima Trinidad, en el Barrio de la
Concepción, han vivido una experiencia de voluntariado y crecimiento en la fe,
compartiendo vida con las Religiosas Franciscanas del Monasterio de El Zarzoso.
De ahí el nombre que acompañaba sus coloreadas camisetas: Campamento de jóvenes
sumado a la experiencia del convento: Campavento.
El grupo de jóvenes entre 15 y 18 años, animado
por monitores, diácono incluido, y su párroco Ángel Luis Caballero Calderón,
llegaron a Mogarraz por la mañana para realizar el conocido Camino del Agua,
que une las poblaciones serranas de Mogarraz y Monforte. A mediodía la comida y
un prolongado baño en el habilitado y remansado Arroyo Bocino para descansar.
A las 7 de la tarde en la Iglesia Parroquial de
Mogarraz se vivió un entrañable encuentro entre los jóvenes de esta Comunidad
Parroquial madrileña y un nutrido grupo de personas de la Parroquia mogarreña.
Intercambio de cantos, diversas experiencias de jóvenes, adultos, autoridades,
sacerdotes, religiosas… que culminó con el rezo de la novena a la patrona
Virgen de las Nieves, que durante estos días prepara su fiesta del 5 de agosto.
El emotivo canto del himno a la Virgen dio paso a la celebración de la Eucaristía
Dominical presidida por Ángel Luis. La Palabra de Dios sugería una actitud y
súplica interesante: distinguir el bien del mal en nuestra vida para obrar en
justicia con todos.
A continuación la cena de los jóvenes en la Casa
Parroquial. Después un extenso repertorio de cantos de campamento conocidos por
este grupo de jóvenes roció de alegría y sorpresa las calles del pueblo de
Mogarraz ya en ambiente festivo. La caída de la noche puso fin a la experiencia
de este grupo que ha pasado varios días en colaboración con las religiosas de
Porta Coeli, de la Tercera Orden Franciscana.
Qué bonito que los jóvenes disfruten con experiencias como esta y contagien su alegría por donde van.
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